15 de agosto
España vive un fenomenal trasiego. El Día de la Virgen -que es hoy, 15 de agosto-, unos van y otros vienen, como dijo el poeta. El Día de la Virgen marca un hito. Principio y fin de vacaciones, el país entero anda de acá para allá, unos que vienen morenos a la africana o rojos gamba, según la piel; otros que van paliduchos al encuentro de la brisa y el sol de las playas para tomar color. No hay novedades. El veraneo es igual que siempre, con la diferencia de que antes sólo veraneaban los pudientes y, ahora, poder, lo que se dice poder, puede prácticamente todo el mundo. De ahí que se aprovechen los que manejan el turismo y suban los precios, allá penas si ponen la tasa de inflación por las nubes.
La verdad es que los precios no hay quien los aguante. Ibas hasta hace prácticamente nada al chiringuito y por mil pesetas o menos resolvías la cena con unas tapas de musclos y sepionet, mientras ahora las mil pesetas hay que ponerlas sobre la mesa para empezar a hablar. Y de ahí en adelante pues si vamos a los precios del mercado, a los del restaurante, a los del apartamento y a los del hotel, ya son palabras mayores.
Y, sin embargo, la gente veranea, nadie sabe de dónde lo saca. Las carreteras están abarrotadas; las playas, colmadas; los comercios, con colas que llegan a las calles. Todo desborda de veraneantes, que se distinguen por la piel abrasada y por el uniforme: ellas con pareo que no tapa los muslotes sino que lo finge, ellos con bermudas flanqueadas por bolsillos enormes, que les rebasan las rodillas pero dejan al descubierto unas canillas flácidas, peludas y no muy bien formadas, que dan pena.
Tampoco sería justo incidir en la vestimenta de los veraneantes pues ya se sabe que carecen de equipaje, según su propio testimonio. Lo explayan en los programas de radio, donde gustan entrevistarlos en tertulia, sobre todo si tienen cierta popularidad o alguna fama. "¿Qué lleva de equipaje?", les pregunta el locutor, en plan encuesta. Y responden: "Una bolsa con lo imprescindible y una maleta llena de buenos libros". La actividad del veraneo gira en torno a los buenos libros. Por lo que manifiestan, los veraneantes se lo pasan entero leyendo un buen libro. El mal libro no figura para nada en el entorno de los veraneantes; nunca cae en sus manos alguno que los defraude o los frustre. Ellos sólo leen buenos libros.
Para ser exactos: releen. Los veraneantes populares o famosos que entrevistan los conductores de las tertulias radiofónicas, con ellos los oyentes que llaman para ofrecer su versión y compartir protagonismo, ya no se limitan a leer en sentido estricto y de unos años acá releen en sentido lato: "Llevo una maleta llena de buenos libros", informan; y precisan: "Para releerlos". De donde se deduce que ya se han leído la producción editorial entera y la Biblioteca Nacional; menudos son de lectores, de relectores y de cultos los veraneantes del nuevo milenio.
Luego recorre uno la playa, de un extremo a otro y, si se fija, observará que de cada 10 bañistas, uno lee, mientras nueve ni leen ni piensan hacerlo en todo lo que les reste de vida; de cada 10 que leen, uno lee un libro y nueve el periódico; de cada 10 que leen un libro, nueve están con el último best seller, uno con las obras completas de Zubiri; de cada 10 que leen el periódico, uno lee política y cultura, nueve el fútbol; de cada 10 que leen el fútbol, uno se informa del aspecto deportivo de la cuestión, nueve están enfrascados en lo que hace el Real Madrid, pues son madrileños y a mucha honra; ¿pasa algo?
En fin, la vida.
Claro que la vida no se acaba en la playa. El Día de la Virgen es el día taurino por excelencia. Lo afirma una máxima táurica de irrefutable autoridad: "El que no torea el 15 de agosto, o está en el hospital o no es torero". Quiere significar la máxima -con verdad- que el 15 de agosto hay toros en todas partes: coinciden numerosas ferias en las poblaciones más dispares, y otras dan función aunque no sea feria, pues ésa es la mejor forma de celebrar el Día de la Virgen. Entre las ferias relevantes que coinciden tal día como hoy se encuentran las de San Sebastián y Málaga, ya en marcha, y entre las ciudades que celebran corridas, sin tener feria, Madrid, Sevilla y Barcelona. Lo cual permite suponer que la Virgen es muy torera.
Pero más vale no perder el tiempo con estas disquisiciones vacuas. El veraneo sabe a poco, el tiempo corre, ya falta menos para que los veraneantes vuelvan al redil. Y se termine el sueño anual de las vacaciones, el sol, la playa y los peces de colores.
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