Josep Niebla expone en el tinglado 2 de Tarragona todas sus obras cuyo tema es el mar

Todos los mares de Niebla. Desde sus primeras obras hasta las últimas. Mares tranquilos, oscuros, revueltos. Olas inmensas, trozos de océano, restos de naufragios. El pintor Josep Niebla ha reunido todas sus obras referidas al mar, una de las constantes en su trayectoria, en una exposición que estará abierta hasta final de mes en el tinglado 2 del puerto de Tarragona. El artista, además, aprovecha el espacio de la exposición para realizar a la vista del público un gran mural que se incluirá en la serie Pateras, sobre el drama de la emigración, y que culminará a fin de mes.

Paisaje recordado

La exposición, con el título Mediterránea, reúne unas 60 obras de Josep Niebla y se completa con la audición de varias piezas musicales compuestas por el hermano del pintor, Salvador Niebla, que supone un recorrido por los diversos ritmos del arco mediterráneo. Así explica Niebla la interacción entre música y pintura: "Corren tiempos de mestizaje. Y la pintura, en ocasiones, es narrativa. Pero además existe una voluntad por mi parte de atraer a la exposición al público más joven. Es también un reclamo". De hecho, para el mural sobre el que trabaja en vivo se ha ideado una pieza musical de 10 minutos de duración que supondrá la posibilidad "de que la gente reflexione un rato ante la obra".

El pintor comenzó sus últimas series marinas alrededor de 1992, cuando residió unos tres años en Madrid. El mar en la memoria es "una obra mental", según explica Niebla, "sobre cómo recordaba o veía entonces el Mediterráneo". El mar ha sido un tema redundante entre los pintores, si bien el artista se desmarca de la imagen clásica de las marinas. Generalmente, afirma, el mar " se utilizaba como un fondo sobre el que pasaban cosas: barcos, playas... El mar ocupaba únicamente dos tercios de la tela. En mis cuadros, el mar es el protagonista, ocupa toda la pieza, de arriba abajo y de derecha a izquierda". Y la incapacidad de abarcar la inmensidad del océano fuerza al pintor a "representar trozos de mar, paréntesis de mar", y también a hacer obras de mayor tamaño: "Yo quería el mar, no una postal del mar·. Pero además, según Niebla, su ansia por la pintura mural, de dimensiones enormes, es también "una opción de autoexclusión de las galerías que no pueden albergar la pieza por falta de espacio y hacer que ésta se inserte en el tejido social".

El pintor recuerda que, pese a estar en el mercado del arte desde los 20 años, es crítico con éste y lo califica de "elitista y para cuatro ricos".

De entre las obras que se exponen, Niebla destaca precisamente el mural que está pintando, que tiene una superficie de 50 metros cuadrados y se insertará en la serie Pateras. "Intento no hacer pintura banal", afirma. "Lo que pasa me afecta y lo que me afecta lo pinto". El artista, que vivió hasta los 15 años en Marruecos, tiene todos los elementos, a su juicio, para la comprensión de la problemática. La obra reproduce un mar ideal, en calma pero revuelto en el fondo por la resaca de una noche de tormenta y en el que se pueden percibir los restos de un naufragio. Frente al mural, Niebla destacará una segunda pieza, que acotará el fondo marino, en el que se podrán observar los restos de una patera y de sus tripulantes. Durante 10 minutos, un recorrido de focos sobre la obra y la audición de la pieza musical permitirá al espectador comprender lo que se representa.

La ciudad de Tarragona no es la única de la provincia en la que se puede ver el trabajo de Niebla. En L'Ampolla se exponen obras de la serie Arquitectura de la Memoria, basada en los espacios y edificios que el artista recuerda, "un trabajo de introspección" y también una reflexión sobre la erosión del olvido.

La exposición Mediterránea se trasladará para las fiestas de la Mercè al Museo Marítimo de Barcelona, donde también se podrá contemplar la obra finalizada de Niebla.