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Cultura y espectáculos

CARMEN MAURA SE METE EN LA PIEL DE UNA ARGELINA

Miguel Ángel Villena

Galería de mujeres

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Las élites que huyen del país

El personaje que interpreta Carmen Maura representa todas esas vidas frustradas de tanta gente en Argelia". Un tío de Nadir Morkneche, el director de El harén de Madame Osmane, definió así el papel de la actriz española tras asistir al pase de la película en la cinemateca de Argel. "La observación de mi tío", señaló ayer el realizador en Madrid, "cobra más valor al proceder de un hombre y refleja bien aquello que he querido mostrar en el filme". Encarnando a una antigua luchadora por la independencia de Argelia, abandonada por su marido, amargada por su soledad y hastiada por el auge del integrismo y la represión militar, Madame Osmane-Carmen Maura actúa como hilo conductor del microcosmos argelino.Ambientada en 1993, poco después del estallido de la guerra civil argelina, la película ha tenido que ser rodada en Marruecos en apenas mes y medio y con capital francés y español. El harén de Madame Osmane fue estrenada el pasado mes de julio en Francia con una buena acogida tanto del público como de la crítica.

Nadir Mokneche (1965), un actor y director de origen argelino pero formado en Francia y en Estados Unidos, comentó que había conocido a Carmen Maura casi por azar cuando se la presentó uno de los productores de la película. "Pero enseguida congeniamos y me di cuenta de que era la actriz perfecta para el papel. Carmen Maura es una mujer excepcional con la que no tuve ningún problema a lo largo del rodaje. Supo comprender el personaje e interpretarlo con una gran riqueza de gestos y de actitudes".

La que fuera actriz-fetiche de Pedro Almódovar, que en los últimos años reparte su vida y su trabajo entre España y Francia y que interpreta en francés sin ningún problema, no pudo participar ayer en la presentación de El harén de Madame Osmane porque está rodando una película en Argentina. Historia de mujeres, de argelinas de varias generaciones, este filme -que se estrenará en España el 18 de agosto- repasa a través de los inquilinos de una casa la evolución de Argelia desde la independencia de Francia en 1962 hasta el golpe del Ejército que impidió la victoria del Frente Islámico de Salvación (FIS) en 1992.

Desde la joven Sakina, hija de Madame Osmane y que sueña con casarse para escapar de casa, hasta Madame Costa, la francesa nacida en Argelia cuya insolencia le permite sobrevivir, una galería de mujeres busca desesperadamente la libertad en medio de controles militares, del hostigamiento de los integristas y del desprecio de los varones.Los personajes masculinos aparecen como puro contrapunto en El harén de Madame Osmane y, en cualquier caso, todos ellos salen malparados. "En Argelia", manifestó Nadir Mokneche, "funcionan dos tipos de educación, una para hombres y otra para mujeres, que configuran dos tipos de mentalidades. Desde pequeños los hombres son educados para convertirse en machos. El hombre en Argelia suele ser un niño mimado durante toda su vida, mimado por sus madres, por sus hermanas, por sus esposas. Incluso aquellos que dan una imagen de modernidad, como el ingeniero que aparece en el filme, pueden practicar la poligamia".

¿Una película contra el integrismo?, le preguntaron al director franco-argelino. "Claro que sí, pero también he pretendido criticar el conservadurismo de buena parte de la sociedad argelina, esa visión pequeñoburguesa y estrecha de la vida. De todos modos, los conflictos de Argelia no responden a una disyuntiva de buenos y de malos. La idea de la película se me ocurrió a la vuelta de un viaje a Argelia en 1993, una época en la que no se sabía si definir los acontecimientos como atentados terroristas o como guerra civil. Pero era un estado de guerra que lo presidía todo, aunque Madame Osmane se niegue a verlo".

Con la nostalgia por los viejos tiempos siempre presente, Madame Osmane-Carmen Maura lucha contra la resignación y mantiene su carácter rebelde y un tanto déspota como bandera. "El personaje encarna a esas argelinas que rompieron tabúes en los sesenta y que luego han tenido que aceptar el mismo sistema que las oprimió de jóvenes", apostilla Mokneche.

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