FABRIÁN ESTAPÉ, ECONOMISTA "La transición la hizo el 'seiscientos' y no Suárez
En De tots colors, unas ácidas memorias que acaba de publicar, el ex rector de la Universidad de Barcelona pasa revista a la Cataluña de la segunda mitad de siglo. El libro se convirtió en el más vendido en catalán cuando salió al mercado y muy pronto será editado en castellano.Pregunta. ¿Cómo vive lo de ser pensionista?
Respuesta. Me resisto y me niego a admitir lo que eso supone de decadencia física y mental.
P. ¿Los pensionistas son un agujero negro para la economía?
R. En manos del ministro Juan Carlos Aparicio se puede temer todo.
P. ¿Qué le queda por hacer a quien ya ha publicado sus memorias?
R. Hacer una segunda parte.
P. ¿Ha ajustado todas las cuentas o se llevará a la tumba mucha munición por disparar?
R. Hay munición reservada. Incluso había pensado que tendría que disponer de abogados penalistas para defenderme de posibles querellas.
P. ¿Le han censurado algo?
R. Me aconsejaron que quitara algunas cosas que podían ser materia de injuria. E hice caso.
P. ¿Cómo encajaba usted, que tenía fama de rojo, en la Barcelona azul de Juan Antonio Samaranch?
R. No encajábamos demasiado: él era del Espanyol y yo del Barça. Él pertenecía a la Brigada del Amanecer y yo a un grupo que iba por el lado contrario, con gente como Alberto Oliart, Antoni de Senillosa, Josep Maria Castellet, Juan Goytisolo, Jaime Gil de Biedma y Carles Barral. Después de cenar, los matrimonios que conformaban la Brigada del Amanecer se reunían en un bar muy selecto, y a poco que hablasen se les hacía de día.
P. Carles Barral dijo que usted tenía la astucia de un perro callejero.
R. Siempre tuvo la esperanza de ser el jefe del grupo, y la verdad es que no lo era. Lo única cosa segura que tuvo en toda su vida fue la paga de senador del PSC. Como editor, ya sabe que le visitó Gabo García Márquez y le dio un original para que, si lo consideraba conveniente, lo publicara. Y le dijo que no. Aquel libro se llamaba Cien años de soledad.
P. Opine sobre sus amigos. Alberto Oliart.
R. Empezó queriendo ser poeta y terminó siendo tres veces ministro. Y tiene un gran mérito en la construcción de la democracia, como fue que el poder civil juzgase a los militares sublevados.
P. Antoni de Senillosa.
R. Era el más vital del grupo. Gran amigo de los amigos. Murió de mala manera. Se mató en el coche. Era muy valiente y muy provocativo.
P. Josep Maria Castellet.
R. Un gran compañero de viaje. Hay una foto de Oriol Maspons con todos los de Boccaccio arrodillados ante Castellet, y él mirándoselos como el Moisés que los lleva hacia la tierra prometida. Eso ha sido.
P. Juan Goytisolo.
R. Estudiando Derecho ya quería ser novelista, huir de España y hacerse antiespañol en el sentido de que todo lo que aquí se le enseñaba tenía que verlo al revés. Hoy vive en Marraquech. Diría que es el hombre que más ha hecho por la fusión y la comunicación de la cultura occidental con la oriental.
P. Jaime Gil de Biedma.
R. Quizás el cerebro con más voltaje de todo el grupo. Fue educado en una familia de la alta burguesía y soñaba con una Barcelona en la que el proletariado dominase a la burguesía. Quiso ingresar en el PSUC y el partido le puso el veto. Fue Manuel Sacristán, gran amigo mío y severísimo censor de la moral de los comunistas. Me dijo que no lo habían admitido porque había una carta de Lenin de 1894 en la que decía que no habían dejado que un homosexual entrara al partido porque estaban dominados por la pasión de otro hombre y pueden hacer traición. ¡A la mierda!
P. ¿Es cierto que Franco no sabía qué era la inflación?
R. Si no le iba bien lo que le decías, suponía que ibas de mala fe. Le molestaba en el sentido que a un militar de infantería le molesta la intendencia diciéndole que no hay pan, cuando él lo que quería era matar moros.
P. ¿Cómo se decidió un schumpeteriano a colaborar con el franquismo?
R. Porque, como schumpeteriano, nunca creí que el país iría mejor si iba peor. Era el modo de que el país comiese más y vistiese mejor, y que, ante el dilema gravísimo de Europa o África, eligiésemos Europa de una vez. Por eso empecé a colaborar con Sardà en 1959 en el Plan de Estabilización. Todavía se están cobrando los réditos de aquello.
P. ¿El Plan de Estabilización fue el principio del fin del franquismo o su salvación?
R. Fue el principio de poder hacer la transición y dejar el país en condiciones para cuando se muriese Franco. La transición la hizo el seiscientos y no Suárez. Gracias a Joan Sardà.
P. ¿Laureano López Rodó le miró si llevaba escapulario sobre el esternón para ofrecerle el cargo de comisario adjunto del Plan de Desarrollo?
R. Es falso. Él empezó en 1956 a tener influencia sobre el señor que tenía influencia sobre Franco. Cayó en la Secretaría General Técnica de Presidencia del Gobierno. Colocó a Mariano Navarro Rubio y Alberto Ullastres, que había estudiado con Sardà. Y aquí entré.
P. ¿Es cierto que a Luis Carrero Blanco no le gustaban sus patillas y éste fue el inicio de su caída en los ministerios?
R. Ése fue el gráfico. Les dije que me marcaran con un lápiz la medida y me iría a la barbería. Y me dijeron que no haríamos nada porque me lo tomaba todo a broma. Carrero era un hombre que nunca invitaba a fumar. Daba los cigarros ya encendidos. No me daba ni ocasión de decirle: 'Yo sólo fumo puros, hostia'. Fumaba nueve o diez diarios.
P. ¿Se puede vivir sin puros?
R. Cuesta, tú. Todavía me duele el de después de desayunar. Los tenía todos graduados. Hasta que un día me produjeron paradas en la subida de oxígeno al cerebro y los dejé.
P. Sus alumnos fueron ministros con el PSOE, como Ernest Lluch y Narcís Serra, y también con el PP, como Josep Piqué y Anna Birulés. ¿Ha notado que aprendieron algo de usted?
R. Se nota que han aprendido el oficio. Todavía haré alguno más.
P. ¿La buena marcha de la economía española se debe más a Rodrigo Rato o a los ciclos?
R. Se debe a Dios. Primero, porque está soplando el viento de popa desde hace siete años. Segundo, porque aquí, igual que se ha subestimado a Joan Sardà, se ha subestimado todo lo que hizo Pedro Solbes de 1993 a 1996. Preparó la infraestructura para que éstos pudiesen ir hacia el euro.
P. ¿Qué riesgos entraña la política económica del PP?
R. Los que tienen mucho dinero pagarán menos impuestos, y los que tienen poco todavía tendrán menos.
P. ¿La globalización nos hace más vulnerables?
R. Nos hace más imbéciles. Sobre todo, porque hay gente que se lo cree. La gente tiene que preocuparse de problemas reales. ¡La avellana, hostia! ¡Éste es un problema y no la globalización!
P. ¿El euro es una metáfora?
R. Es una especie de ilusión de once países. Ya ha descendido un 20% respecto al dólar. La inmensa suerte que ha tenido este Gobierno apuntándose al euro es que, de lo contrario, ahora estaríamos analizando por qué la peseta ha perdido el 20% de su valor.
P. El poeta J. V. Foix dijo que Cataluña no sería catalana hasta que La Vanguardia se publicase en catalán. ¿Usted lo cree así?
R. Me hizo mucho más efecto lo que me dijo Joan Brossa: "Cataluña no se salvará hasta que el Barça no baje a Segunda División".
P. ¿Qué ha hecho Jordi Pujol con Cataluña?
R. Lo que le ha parecido.
P. Su amigo Josep Plà creía en la moneda y la Guardia Civil. ¿Y usted en qué cree?
R. En el dólar norteamericano.
P. ¿Dónde está usted ideológicamente?
R. Ahora, con usted. Y en cuanto a periódicos, leo cada día La Vanguardia, EL PAÍS, El Periódico, el Mundo Deportivo y, cuando pierde el Madrid, el As y el Marca.
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