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EXPLOSIÓN MORTAL EN BILBAO

Once muertos desde el final de la tregua en diciembre de 1999

Intxaurrondo

Desde que el 3 de diciembre de 1999 ETA diera por acabada la tregua que sostuvo durante poco más de 14 meses, siete personas, a los que se sumarían los cuatro terroristas fallecidos ayer, han muerto en una de las peores ofensivas de la banda en los últimos años.En ese periodo, ETA ha realizado un total de 16 atentados, alguno fallido. El periodo más duro fue el mes de julio, cuando en nueve atentados asesinó a dos personas. La última víctima, en Tolosa, fue Juan María Jáuregui, ex gobernador civil de Guipúzcoa en los últimos Gobiernos socialistas y testigo clave en el juicio contra el general Rodríguez Galindo.

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La banda ha utilizado dos métodos para cometer sus crímenes. Ha hecho explotar hasta ocho coches bomba. El primero de ellos acabó, el pasado 21 de enero, con la vida del teniente coronel Pedro Antonio Blanco García, en Madrid.

Sólo un mes después, otro coche bomba hizo explosión en Vitoria y ETA logró con él asesinar a Fernando Buesa, portavoz de los socialistas en el Parlamento vasco, y a su escolta, el ertzaina Jorge Díez Elorza.

ETA buscó después a la Guardia Civil y colocó otro coche bomba en el barrio de Intxaurrondo, en San Sebastián, al paso de un vehículo blindado. El artefacto provocó siete heridos. Poco después, la banda buscó a los periodistas, y envió un paquete bomba a Carlos Herrera, pero el escáner de la emisora de Radio Nacional en Sevilla detectó el explosivo, escondido en un paquete de puros.La siguiente víctima mortal fue José Luis López de Lacalle, miembro del Foro Ermua y habitual columnista del diario El Mundo. La banda lo asesinó de un tiro en la nuca en la puerta de su casa en Andoain, Guipúzcoa, el 7 de mayo.

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ETA continuó con su estrategia de dejar pasar un mes entre un atentado y otro y volcó su mirada en el PP. El 4 de junio asesinó de un disparo en la cabeza a Jesús María Pedrosa, concejal del PP en el pueblo de Durango, en Vizcaya.

Después llegan cuatro atentados frustrados con coches bomba sin causar víctimas. El primero en Getxo, en el barrio de Neguri, zona residencial de la burguesía vizcaína; el segundo en pleno centro de Madrid; el tercero en Ágreda (Soria), y el último de nuevo en Getxo, contra la senadora del PP Pilar Aresti. También colocó tres bombas lapa que fallaron: contra el empresario Juan Bautista Rubio en Ordizia (Guipúzcoa), contra el socialista José Asenjo, en Málaga, y contra Agustín Ramos, concejal del PP en Abadiño (Vizcaya).

El penúltimo muerto a manos de ETA, antes de Jáuregui, fue José María Martín Carpena, concejal del PP en Málaga, que recibió seis disparos.

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