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El líder supremo de Irán impide el debate parlamentario para reformar la ley de prensa

El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, acabó ayer de forma abrupta con el intento del Parlamento para suavizar las restricciones que pesan sobre la prensa, una de las promesas centrales de la campaña de la mayoría reformista en las pasadas legislativas. La intervención del líder provocó las protestas de los diputados y estuvo a punto de producirse un altercado cuando dos legisladores se enzarzaron en una riña. Funcionarios de la Cámara expulsaron a los periodistas y confiscaron sus películas y cintas de vídeo en un intento de limitar la difusión de lo ocurrido.

El orden del día de los diputados incluía el debate y votación de las enmiendas a una draconiana ley de prensa aprobada en los últimos días del Parlamento saliente, que controlaban los conservadores. La aprobación estaba prácticamente garantizada. Pero en el último minuto la intervención de Jamenei, que tiene la última palabra en los asuntos de Estado, obligó a una suspensión indefinida del debate y provocó gritos de protesta y peleas en el hemiciclo."Si los enemigos infiltran nuestra prensa, constituirá un gran peligro para la seguridad del país y las creencias religiosas de su población. No juzgo correcto guardar silencio", manifestaba el líder en su carta al Parlamento. "La actual ley de prensa ha logrado hasta cierto punto prevenir esta gran plaga. El [nuevo] proyecto de ley no es legítimo ni va en el interés del sistema y la revolución".

Los diputados reformistas, que apoyan al presidente Mohamed Jatamí y tras las elecciones legislativas de este año controlan dos tercios del Parlamento, utilizaron el inicio de la sesión abierta de la Cámara para forzar al presidente a leer la carta con luz y taquígrafos, algo impensable en el pasado. El presidente del Parlamento, Mehdi Karrubi, un veterano clérigo revolucionario que fue nombrado tras un voto de compromiso y a pesar de los deseos de los reformistas más radicales, dijo a los diputados que no tenían otra elección que plegarse a la voluntad de Jamenei.

"Nuestra constitución incluye el poder absoluto del líder supremo religioso y todos ustedes lo saben y lo aprueban. Todos estamos obligados a comportarnos de acuerdo con ese principio", explicó Karrubi.

Varios diputados reformistas abandonaron brevemente la sala en protesta porque la decisión de desestimar la ley no fuera sometida a voto.

"La presidencia ha tomado la decisión por su cuenta, sin la menor consideración por las normas parlamentarias", manifestó Alí Tayernia, un diputado de la provincia nororiental de Mashad. "La decisión de posponer la moción debiera haberse sometido a votación".

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La eliminación de la ley provocó una oleada de críticas en el hemiciclo que obligó al presidente a cerrar los micrófonos y a lanzar repetidos llamamientos al orden. Diputados rivales se empujaron y agredieron. Dos de ellos llegaron a intercambiar patadas y puñetazos antes de que sus compañeros lograran separarlos y sacarlos de la sala.

Por su parte, Mohamed Reza Jatamí, vicepresidente del Parlamento, jefe de la mayoría reformista y hermano del presidente del Gobierno, declaró que la mesa de la Cámara iba a estudiar su próximo paso. "Las regulaciones parlamentarias no aconsejan cómo actuar en estas circunstancias... pero la mesa va a decidir qué hacer", aseguró.

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