"No me da miedo la responsabilidad de dirigir Izquierda Unida"
Acaba de empezar unas vacaciones que quiere disfrutar "a tope". A la vuelta le esperan, aunque siga jugando al despiste, dos meses de dura negociación que le pueden llevar a ser el máximo dirigente de Izquierda Unida. Ya lo es del PCE, donde lleva casi 40 años. Y representó a IU en las elecciones de marzo. La coalición perdió la mitad de sus votos, aunque él recuerda que ya los habían perdido en las municipales de junio de 1999. Frutos, de 61 años, sustituyó a Julio Anguita como cabeza de lista cuando a éste le falló el corazón. Caló en la opinión pública como el político que iba en metro a todas partes. Y uno de los pocos diputados españoles sin teléfono móvil: lo devolvió al final de la campaña electoral.Frutos relevó a Anguita para las elecciones "por las necesidades de la organización". Y ahora "tampoco le da miedo" ser el futuro líder de IU si ningún otro es capaz de aglutinar las múltiples corrientes de una coalición "en la que hay muchas e importantes diferencias".
Anguita dejará de ser coordinador general de IU en octubre. Ya hay un candidato para sustituirle -Gaspar Llamazares, coordinador en Asturias- y otro probable: Luis Carlos Rejón, líder del Partido Comunista de Andalucía. Ninguno es el de Frutos, que ha logrado -en contra del criterio de Anguita- dejar para después de las vacaciones la verdadera lucha sucesoria en IU: falta todavía el candidato del PCE.
Pregunta. ¿Qué puede hacer IU, una fuerza que presume de comunismo, en un mundo como el actual?
Respuesta. Yo soy comunista porque sigo considerando que los problemas se solucionan mejor de modo colectivo, implicando al conjunto de la sociedad en el ejercicio de los derechos básicos, y con solidaridad entre los pueblos. No estamos de acuerdo con la globalización, entre otras cosas, porque no es universal. No hay libre circulación de personas, pero sí de capitales. Nuestro internacionalismo es distinto: la cooperación solidaria.
P. ¿A qué cree que se debió el fracaso en las últimas elecciones?
R. El PP tuvo todas las facilidades. Se lo ha montado muy bien.
P. Pero ¿qué errores cometió su partido?
R. Lo primero que hubo es una crisis interna. La gente de Nueva Izquierda fundó otro partido, pero es que además se dio una imagen de confrontación, de enfrentamientos, de falta de pluralidad en IU... Esto se paga. En segundo lugar, el Pacto de Lizarra no nos ha representado ningún voto. Creo que la imagen que se dio de por qué estábamos allí, como si fuéramos unos lacayos de los nacionalistas, cuando sólo queríamos contribuir desde la humildad a una solución pacífica, no la entendió mucha gente. Los nacionalistas tomaron enseguida el protagonismo y no se pusieron a hablar de la paz y los presos, sino de la Asamblea de Municipios, del derecho de autodeterminación, cosas que a mucha gente -incluida la de izquierdas- le ponen los pelos de punta. Pero esto no debe ser motivo para que el Gobierno retire la confianza para informar sobre lucha antiterrorista a un partido democrático. Eso es inaceptable. No sabemos nada desde hace mucho tiempo.
Tercero: IU ha perdido una parte importante de su frescura inicial en su relación con la sociedad y los problemas de la gente, en los barrios, los distritos, las localidades. Ha habido un fracaso político y organizativo tremendo. No hemos sido capaces de trasladar día a día lo que proponíamos, parecía que sólo hacíamos discursos genéricos y no éramos capaces de concretar lo que espera la gente de izquierdas.
P. ¿Qué culpa tiene Anguita en todo ello?
R. Cuanto más dirigente es uno en una organización, más culpa tiene. Julio tendrá la responsabilidad alícuota importante que le corresponde por ser coordinador general. Pero la responsabilidad es colectiva. Yo también estaba en la dirección.
Frutos niega que sus relaciones con Anguita -su antecesor al frente del PCE- se hayan deteriorado hasta el punto de no hablarse. Habla de "normalidad" y se remonta a 1994 para reconocer momentos de frialdad, con motivo de las listas a las elecciones europeas. Lo de ahora "es algo que se dice en los medios".
P. ¿Es cierto que Llamazares es el candidato de Anguita?
R. Si él defiende a Gaspar como candidato, hace uso de su libertad.
P. ¿Qué necesita IU para salir de una sensación de abatimiento?
R. Un acuerdo, que es posible. IU no está tan fragmentada como parece. Pero lo mejor que podríamos haber hecho todos es debatir. Y esto ha quedado en segundo plano, en beneficio de las personas, y a veces con enfrentamientos. No se discute con la profundidad necesaria. En IU hay diferencias, en todos los terrenos, que hubiera sido muy interesante haber discutido ya.
P. ¿ Entre los diferentes colectivos o también dentro del PCE?
R. No, no. Dentro del PCE. Los candidatos que han sonado hasta ahora son todos del partido. Pero también hay diferencias entre los distintos sectores, claro.
P. ¿Por qué dejó de apoyar a Llamazares y pasó a criticarle?
R. He coincidido en muchas cosas históricamente con él. Pero las cosas tenían que haberse producido de forma muy diferente en su candidatura.
P. Las grandes críticas al asturiano provienen de que se reunió con líderes regionales en privado para buscar apoyos.
R. Sí. Pero el apoyo de las federaciones se verá cuando se pronuncien. Las asambleas tienen que discutir. Y decidirán. Lo ocurrido hasta ahora no quiere decir nada.
P. ¿Cómo ha de ser el futuro coordinador?
R. Prefiero hablar de dirección colectiva. Hay que consensuar un equipo de diez personas con responsabilidades concretas, que lleven la dirección diaria de IU. Esto es lo fundamental. Que den autoridad política y moral al frente de la organización, tranquilidad. Si es posible realizarlo y llegar a este acuerdo, seguro que entre esos diez hay más de una persona capaz de desarrollar las tareas de coordinador general. Yo relativizo mucho el papel del liderazgo que desarrollan los medios.
P. ¿Quiénes son esas personas?
R. De momento, hay tres nombres. Bueno, dos. [Nines Maestro, dirigente del PCE e IU en Madrid, ha negado los rumores de que sería la candidata del sector crítico]. Pueden salir dos más. Dícese que otro soy yo.
P. No lo niega.
R. Yo no niego nada. Estoy disponible como está disponible otra gente. Esto no significa que esté deseándolo.
P. Pero estar disponible ya significa algo.
R. Yo no era candidato a la presidencia del Gobierno y lo fui por las necesidades de la organización. A veces hay que asumir cosas que en su momento no asumirías, o que en un momento determinado de tu vida, desde un punto de vista personal, no te apetecen nada. Mientras continúe estando en primerísima línea y puestos de responsabilidad, hay cosas para las que tienes que estar disponible. No me asusta.
P. ¿Ninguna responsabilidad?
R. Ninguna.
P. Entonces, si no logran ponerse de acuerdo, dará usted el paso al frente.
R. Todavía queda tiempo. Las asambleas, las bases, han de pronunciarse.
P. ¿Si llega a ser coordinador general, será símbolo de renovación?
R. Nunca he sido un carca. Siempre he intentado corregir lo que va mal, y nunca he tenido miedo ni sensación de vacío ante la responsabilidad cuando se ha tenido que asumir nuevas propuestas. Nunca. Tengo mis limitaciones, pero cuando asumo una responsabilidad es hasta las últimas consecuencias. No me arrugo, y no tengo complejos... Sólo de comunista... -acaba riéndose-.
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