"La poesía siempre ha estado en las catacumbas"
Es hijo, nieto y biznieto de pastores, lo que le permitió mantenerse en contacto durante la infancia con un concepto de humanidad "que se sitúa frente al frívolo de la burguesía" y le gana en profundidad. Hay cosas, dice, que sólo puede atestiguarlas uno mismo viviéndolas. Estuvo en contacto con los últimos coletazos de la tradición oral y popular, lo que considera que explicaría algunos rasgos de su poesía. Manuel Ruiz Amezcua (Jódar, Jaén, 1952) es autor de obras como Una verdad extraña, que cuenta con un estudio preliminar de Antonio Muñoz Molina, Oscuro cauce oculto o Atravesando el fuego. Su obra es fundamentalmente poética, aunque también ha escrito ensayos, uno de ellos pendiente de publicación. Es licenciado en Filología Románica y en Filología Hispánica y da clases de literatura española. Las próximas obras que saldrán al mercado son un nuevo libro de poesía con la editorial Octaedro; una reedición de El lenguaje tachado en la que revisa estudios sobre García Lorca o San Juan de la Cruz; y un epistolario mantenido de más de 20 años con el hispanista de Jaén que desarrolló su actividad profesional en Estados Unidos, Juan López Morillas.Pregunta. ¿Qué es su nuevo libro Donde la huida?
Respuesta. Es una reflexión sobre el desbarajuste que nos ha tocado vivir.
P. ¿Por qué desbarajuste?
R. Es un libro que trata del desbarajuste social, del personal... Plantea temas de marginación, de la vida, pero lo mejor sería leer el libro o un poema, porque todo lo que yo pueda decir se encaja al final en poesía buena, mala o regular. Lo que estoy haciendo está en las antípodas de la poesía dominante en Andalucía y en España.
P. ¿Es una ruptura en su obra?
R. No, pero es diferente. Si ya antes planteaba situarme en un espacio que no tiene nada que ver con la poesía oficial que hoy domina, ésta todavía más.
P. ¿Cómo es esa poesía dominante?
R. La poseía más conocida de Andalucía y de España tiene un lenguaje que no tiene nada que ver conmigo. Tiene un lenguaje convencional, es una poesía que no arriesga nada, que no exige del lector una actividad y en la que el lector se convierte en un receptor pasivo. El poema es un medio de conocimiento y la poesía que triunfa hoy en España tiene un lenguaje convencional con fecha de caducidad.
P. ¿Y qué debe ser la poesía?
R. La poesía debe ser un revulsivo. El verdadero poeta no es fácil de integrar. Pero ahora veo una poesía anestesiada, con un lenguaje fosilizado, es una poesía satisfecha, como el resto de la sociedad. Pero la poesía que importa siempre sale a flote, tarde o temprano. Realmente la poesía siempre ha estado en las catacumbas porque necesita a un receptor que no sea pasivo, exige un esfuerzo que la mayor parte de los humanos no está dispuesto a hacer.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.