LA FAMILIA DE BANDERAS, ACOSADA POR LOS 'PAPARAZZI'

Ni el haber recibido en su casa a toda la prensa nada más llegar a Marbella ha librado al actor malagueño Antonio Banderas y a su esposa, la actriz Melanie Griffith, de la persecución inclemente de los paparazzi. El tatuaje de trébol que luce la actriz sobre su piel, la camiseta de los Mojinos Escozíos con la que se pasea por Marbella, las ganas que tienen de traer al mundo otro hijo o las escasas ocasiones en que alguno de los miembros de la familia se atreve a asomar las narices fuera de la villa de la urbanización Los Monteros para ir a la playa o de compras han sido pasto en lo que va de mes de las páginas de la prensa del corazón, a pesar de los deseos de tranquilidad que había expresado Melanie. Ayer mismo la cazaron cuando salía de un videoclub con sus hijos Alexander y Stella del Carmen."Los niños no quieren venir a Marbella porque es imposible andar con Antonio por la calle", se esforzó en chapurrear en español la actriz el día aciago en que más de 100 periodistas y otros tantos fans llegados de distintas provincias los arrollaron en la puerta de su casa, atraídos por el anuncio de que Banderas, con su campechanismo impenitente, iba a recibir a todos los periodistas que quisieran saber algo de la pareja para evitar el acoso posterior.

Pero el tirón de Banderas en la tierra que le vio nacer es incontenible. Y más después de que haya aceptado pronunciar la semana próxima el pregón de la Feria de Málaga, un honor al que había renunciado en años anteriores.