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Un sueco en la portería donostiarra

Asper, primer guardameta extranjerode la Real

Alberto, el último

Llegó Javier Clemente y decretó que a la Real Sociedad le vendría bien contratar a un portero con capacidad de disputar, con garantías, la titularidad al veterano Alberto, asentado en el puesto tras ocho trabajadas temporadas. La exigencia de Clemente coincidió con una década de sequía en la cantera guipuzcoana, sin porteros interesantes que ofrecer. Ello, unido al hecho de que la Real sólo ficha jugadores vascos o extranjeros (sea por razones supuestamente presupuestarias o porque simplemente, como se dice, "no se ha dado el caso"), obligó al club realista a girar la vista al mercado internacional. Y a romper una tradición.El portero sueco Mattias Asper se incorporará a la Real Sociedad el próximo 14 de agosto y se convertirá en el primer extranjero que defiende la portería guipuzcoana. Asper, 26 años, 94 kilos y 1,97 metros, ha tenido en danza al club durante un par de meses. Durante la pasada Eurocopa fue el portero suplente de su selección, ya que la titularidad la ocupaba Magnus Hedman, guardameta del Coventry. Las negociaciones para hacerse con sus servicios han sido infinitas desde que, a mediados del mes de junio, el AIK Solna (club en el que milita Asper y actual líder de la liga sueca) reclamara quinientos millones de pesetas. La operación, tras un acuerdo verbal alcanzado esta semana, parece haberse cerrado en 360 millones de pesetas.

La época dorada de los porteros guipuzcoanos atraviesa un bache, a pesar de que aún protejan la portería de sus respectivos equipos hombres como Julen Lopetegi, Imanol Etxeberria, Juanjo Valencia, González o Yubero, entre otros. El primer aviso para la cantera llegó con el fichaje del portero suplente Bergara, y más recientemente con la recuperación de Olabe, que jugaba en el Salamanca.

El octogenario Ignacio Eizaguirre, histórico portero internacional de la Real, del Valencia y del Osasuna, y entrenador de otros tantos clubs, además de ayudante del seleccionador nacional, Villalonga, aseguraba esta misma semana que con Alberto "no se ha hecho justicia" en la Real Sociedad. La realidad es que Alberto ha trabajado serio y defendido dignamente la portería de su equipo. De hecho, fue el jugador donostiarra más solvente la pasada campaña. Sin embargo, la noticia del fichaje de Asper no conmocionó a la hinchada donostiarra. Ni siquiera a los ex guardametas de la Real. En San Sebastián, que en su día aceptó sin traumas a Clemente, las sorpresas se acogen con flema inglesa, aunque pocos entiendan qué necesidad existía de fichar a un guardameta de primera fila cuando ya existía uno bajo los palos.

A Alberto nadie le ha regalado nada. Espera la llegada de Asper con tranquilidad, el espíritu de trabajo y el sacrificio que le han aupado a ser titular indiscutible. Peor papel le queda al hasta ahora suplente, Iker Álvarez -buenas maneras, poco curtido-, a quien el retraso en el fichaje de Asper ha supuesto desatender ofertas interesantes de otros clubs (como el Numancia), que seguramente ya se habrán reforzado. La historia de Álvarez reproduce episodios ya vividos en el club blanquiazul por suplentes de porteros insustituibles como Luis Arconada. Así vivieron sus días en la Real Otxotorena, Cervantes, Elduayen o Patxi.

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