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El U Zona Reggae ha cruzado este año el rubicón de la clandestinidad

Alpha Blondy concitó la mayor atención del público del festival

Hace dos años fue el rey del U Zona Reggae y en esta edición, la del cambio, el africano ha vuelto a ser el rey. Cierto es que no tuvo mucha sombra, pero no es menos cierto que el de Alpha Blondie fue el concierto más hondo de reggae de los que en Rubí pudieron escucharse durante la octava edición del festival, que este año ha querido cruzar el rubicón de la clandestinidad y convertirse en una cita más de los festivales estivales.

Ni Pato Banton ni Daara J compitieron en intención y solvencia con Alpha, cuya actuación concitó la mayor atención de público en la segunda y última jornada del festival. Según cifras oficiales difundidas el sábado por la tarde -después ya no ha habido más-, cerca de 12.000 personas se sumaron a la fiesta rasta, cantidad que la organización esperaba ver superada con el programa nocturno en el que Alpha Blondy refulgía entre los demás nombres. Si se consiguió o no es algo que se sabrá quién sabe cuándo, ya que es conocido que el U Zona es un festival que se salta los parámetros al uso y huye de los lugares comunes.Claro que, por otra parte, también ha querido este año ingresar en la primera división de los festivales estivales, y aquí las reglas ya son otras. Entre ellas hay que destacar la necesidad de que los cambios de escenario no se dilaten hasta lo insufrible, que el cartel tenga una calidad media aceptable y que los servicios vayan mejorando.

Ninguna de estas reglas se ha cumplido en el U Zona Reggae, que hasta este año no parecía obligado a respetarlas. Todo lo que faltaba se perdonaba porque el festival no pretendía más que satisfacer a una parroquia más o menos marginal que por el sólo hecho de sentirse convocada ya excusaba con su comprensión cualquier deficiencia. Este año el U Zona ha querido crecer y la comprensión empieza a no ser suficiente, y comenzaron a aflorar las quejas. Conste que no eran mayoritarias y que en términos generales la satisfacción se reflejaba en las caras de lo asistentes. Se valoró el esfuerzo organizativo y la comodidad del nuevo espacio, y por encima de todo se ponderó la existencia de un festival que haga caso del reggae.

Por eso se bailó hasta con grupos mediocres y de relleno, como Perroflauta y Agharta; se soportó con elevadas dosis de estoicismo la tardanza en cambiar los instrumentos entre actuación y actuación, y se bailó, ya sin freno, con Alpha Blondy, uno de los pocos grupos de nivel participantes en la octava edición del U Zona Reggae y responsable de la mejor actuación del festival. Se aceptó también de buen grado el reggae populista de Pato Banton y la propuesta híbrida de Daara J, pero el olfato del público quedó algo resentido con un cartel sin verdadero peso específico.

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