La capilla ardiente congregó a todos los partidos e instituciones
La unidad y cohesión entre demócratas que invocó José María Aznar como fórmula contra la adversidad terrorista después de visitar la capilla ardiente ya se estaba dando en el interior de la sede del PSE-EE de San Sebastián. En ella, militantes populares y socialistas, muchos de ellos cargos públicos, se movían a sus anchas y departían entremezclados mostrándose constantemente apoyo y afecto. Los nacionalistas entraron en la sede en actitud más discreta, pero los años de gobierno compartido se dejaron notar. Imperó el respeto y, aunque hubo tensión, no hubo gestos de rechazo o reproche. Los gritos contra el lehendakari que también ayer se produjeron venían de la calle, cuando salió de la sede socialista para acompañar el féretro de Jáuregui a Legorreta.La capilla ardiente, situada en el salón donde también se dio el último adiós a dirigentes socialistas asesinados por ETA como Enrique Casas y Fernando Múgica Herzog, fue un constante reguero de visitantes que, desde la víspera, se acercaron a rendir una emocionada despedida al ex gobernador civil. Entre los discretos visitantes estuvo uno especialmente destacado: Santiago Carrillo, a quien Jáuregui permaneció fiel en su trayecto desde el PCE al PSOE. Una representación del equipo de Interior para el que trabajó Jáuregui estuvo también presente.
El PNV antes que el PP
Los dirigentes nacionalistas, tanto del PNV como de EA, así como representantes institucionales del País Vasco, abarrotaron la sede socialista desde primera hora. Pero su visita se produjo antes de que desembarcara la amplia representación del PP que acompañó a Aznar desde Madrid. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó a la capilla ardiente a las 10.15 horas. El nuevo dirigente se puso al frente de la delegación socialista que acompañaba a la esposa de Jáuregui, Marixabel Lasa, y a su hija. Ambas permanecieron junto al féretro muy afectadas. Los primeros en acudir ayer a la calle Prim fueron los miembros de la mesa del Parlamento Vasco, encabezados por su presidente Juan María Atutxa. En torno a las 10.00 llegó la amplia representación del Gobierno vasco con Ibarretxe en cabeza. Diez minutos más tarde, se acercaron a la capilla ardiente una amplia representación de la ejecutiva de EA con su presidenta Begoña Errazti y la diputada en el Congreso, Begoña Lasagabaster.
La Diputación Foral que preside Román Sudupe estuvo al completo y tras ellos acudieron los miembros de la mesa de las Juntas Generales y sus portavoces.
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