Emotivo retorno de Mauro Silva.
Un millar de aficionados recibe en A Coruña al centrocampista brasileño
Por si tenía alguna duda, Mauro Silva pudo comprobar ayer hasta dónde llega la gratitud que le profesa la afición deportivista. En una tarde de domingo, con un calor que sólo invitaba a la playa, un millar de personas se presentó en el aeropuerto de A Coruña para aclamar con gritos y pancartas al jugador, quien regresaba de Brasil tras su reconsiderada decisión de abandonar el club. Los aficionados atendieron así la llamada del presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, quien había pedido la movilización del deportivismo para "arropar" al jugador, muy afectado por problemas familiares.La muchedumbre tomó casi por asalto las instalaciones del aeropuerto y sembró el caos llevándose por delante a reporteros y agentes de seguridad. Mientras se coreaban su nombre y el de su esposa, Terumi, el futbolista, con lágrimas en los ojos, tuvo serios problemas para abrirse paso hasta su automóvil.
Mauro Silva compareció más tarde ante los periodistas en un hotel de la ciudad para reiterar que fueron razones exclusivamente familiares las que le empujaron, hace una semana, a anunciar que dejaba el equipo en el que lleva ocho temporadas. "El Deportivo y A Coruña significan mucho para mí", comentó el jugador, "pero, en una escala de valores, mi mujer y mi hijo están por encima de todo. Por ellos soy capaz hasta de dejar el fútbol. Mi esposa siempre ha estado conmigo en los momentos difíciles y ahora que ella se sentía mal, me necesitaba a mí en Brasil".
El centrocampista explicó que a su esposa le habían diagnosticado una grave enfermedad y cayó por ello en una profunda depresión. Análisis posteriores desmintieron las primeras pruebas, afirmó el jugador, y su mujer se encuentra ahora mucho mejor, aunque de momento continúa en Brasil. "De todos modos, ella estuvo de acuerdo en que yo volviera", declaró. "Doy las gracias de todo corazón a los coruñeses por el cariño que me han mostrado. Estoy muy emocionado y no sé cómo agradecerlo", confesó.
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