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La selección aprieta a López Ricondo

El equipo insiste en que el presidente anule la destitución 'electoral' del segundo entrenador

Leontxo García

Dimisión ética

Han formado una piña, lo que obliga al presidente de la Federación Española, Jesús López Ricondo, a templar su postura. Sin llegar a las exigencias ni a las amenazas, la selección de balonmano se reafirmó ayer en que el destituido Juan Hernández, segundo entrenador, debe volver a la concentración de Puente Viesgo (Cantabria) e ir a los Juegos de Sydney. El mensaje es claro: "La indiscutible calidad profesional de Hernández no debe mezclarse con su campaña electoral contra el presidente", resumió el capitán, Iñaki Urdangarín.Incluso sus más fieles defensores reconocen que "la mano izquierda no está entre las virtudes de López Ricondo". Antes de la reunión de ayer con la selección, este diario preguntó al presidente -reelegido por seis votos de diferencia hace ocho días, a pesar de tener en contra a las asociaciones de jugadores y entrenadores- si había considerado la posibilidad de aplazar su decisión sobre Hernández, acusado de "grave deslealtad", hasta después de Sydney: "No, porque el segundo entrenador no es importante y su destitución no debe influir lo más mínimo en el rendimiento del equipo. La Federación tiene el derecho exclusivo de nombrar y destituir al equipo técnico. No conozco ningún club de ningún deporte en el que este tipo de medidas se consulten con los jugadores. Y no voy a premiar a Hernández con unos Juegos Olímpicos después de haberme criticado con dureza, rozando en el insulto, mientras estaba concentrado con el equipo nacional".

Pero algo le hizo cambiar de actitud ayer. A pesar de que los jugadores no amenazaron con una rebelión extrema ni llegaron a emplear el verbo exigir -o, al menos, eso es lo que dijeron a la prensa-, López Ricondo se comprometió "a buscar una solución en pocos días" antes de marcharse del hotel de Puente Viesgo. El seleccionador, Juan de Dios Román, entre la espada y la pared, se mostró "razonablemente optimista porque la reunión ha sido positiva. El panorama es hoy mejor que ayer".

Urdangarín reconoció que la actitud del presidente fue "dialogante", pero a partir de dos posturas diametralmente opuestas: "Él sólo habla de cuestiones electorales y de que las acciones de Hernández en la última campaña son la gota que desborda un vaso que se ha ido llenando durante más de tres años. Pero nosotros sólo decimos que se trata de un profesional intachable, cuya presencia es importante en la lucha para subir al podio de Sydney. Si no le destituyeron antes, no vemos por qué deben hacerlo ahora".

López Ricondo enfatiza su respeto por el derecho al voto libre, pero también recalca lo que, en su opinión, debió ser la actitud ética de Hernández: "Dimitir como entrenador de la selección antes de participar activamente en la campaña electoral contra mí". Sin embargo, Hernández ya trabajaba en la selección hace cuatro años, cuando apoyó la candidatura de López Ricondo a la presidencia. Los jugadores también lo hicieron entonces, pero después cambiaron radicalmente de postura.

Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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