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Pérez desata la fiebre de los derechos de imagen

Tras el fichaje de Figo, los grandes traspasos llevan como condición el 'nuevo elemento'

El fichaje de Figo por el Real Madrid ha modificado el fútbol y sus hábitos. Con la incorporación del portugués, Florentino Pérez quiso dar un golpe definitivo en su carrera por acceder a la presidencia del club de sus amores, y lo logró. Pero también dio un giro de tuerca más en la imparable inflación de este deporte alcanzando la inimaginable cifra de 10.000 millones de pesetas en una transacción. E incorporó un elemento nuevo en la operación que ha marcado un punto de inflexión en este deporte. Desde la bomba Figo, los grandes traspasos llegan acompañados de la cesión por parte del jugador de sus derechos de imagen a su nuevo club: Gerard, Redondo, Petit, Overmars...Figo es jugador del Madrid gracias a sus derechos de imagen, y Zidane no lo es por culpa de sus derechos de imagen. No se los quiso ceder al Madrid, que había llegado a un acuerdo en asuntos como la duración del contrato o la ficha anual con el futbolista, y Florentino Pérez rompió la negociación. La cesión de los derechos de imagen es un asunto innegociable para Pérez, que quiere adquirir incluso los de quienes ya están en nómina, con Raúl en primer lugar. "Estamos dispuestos a escuchar al club", avanza Ginés Carvajal, el representante del delantero madridista.

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Los agentes, tranquilos

"A partir de ahora ningún jugador fichará por el Barça sin ceder sus derechos de imagen y de Internet". El día que presentó a Gerard, Joan Gaspart dejó claro que el club que preside también incorpora la innovación "derechos de imagen" a sus operaciones. Al día siguiente de cerrarse el pase de Redondo al Milan, el vicepresidente Adriano Galliani, aireó: "El argentino es el primer gran jugador del que gestionaremos todos sus derechos publicitarios y de imagen".

Sólo con esa cesión de derechos, los clubes pueden llegar a pagar sueldos de hasta 800 millones netos al año, como el de Figo. "No hay por qué tener miedo a pagar esos sueldos si la imagen del jugador la gestiona el club", dicen en el Madrid. Hasta ahora, en el fútbol español, los jugadores de élite, "muy pocos, menos de los que la gente se cree", según declara Ginés Carvajal, solían crear una sociedad para sacar el mayor partido posible a su imagen. Florentino Pérez y Figo han cambiado lo establecido. "Nosotros no copiamos a Florentino Pérez. Todas las propuestas sobre aumentos de ingresos del club por derechos de imagen o por Internet estaban reflejados en nuestros programas electorales", advierte ahora Joan Castells, nuevo directivo azulgrana, para evitar que el Madrid pase a la posteridad como el pionero de la iniciativa.

"Es inconcebible que un club no pueda explotar los derechos de imagen de un jugador", señala Florentino Pérez. "Resulta que un club contrata a un señor, y éste hace un anuncio en la tele, por ejemplo, lleva unas determinadas botas o abre una página web. Y todo eso, que lo consigue no por el mero hecho de ser futbolista, sino por jugar en un club determinado, le reporta a él un dineral y al club, cero pesetas. Es un disparate".

Los argumentos de Florentino Pérez convencieron a Figo, sobre todo tras garantizarle que, yendo de la mano del club, el propio futbolista ganaría también más dinero. Un porcentaje, en este caso el diez por ciento, de todas las operaciones que el club gestione con su imagen serán por el futbolista. De momento, por la imagen de Figo, el Madrid ya tiene apalabrados 1.000 millones de pesetas al año con Telefónica.

Figo le ha costado al Madrid 10.270 millones de pesetas. Una cifra descomunal si se tiene en cuenta que, según las primeras cuentas de Florentino Pérez, la deuda del Madrid supera a día de hoy los 50.000 millones. Pero el presidente, Florentino Pérez, confía en amortizar el fichaje del portugués "como máximo en dos años".

Hasta ahora, el concepto "derechos de imagen" era un mero formulismo que los futbolistas incluían en sus contratos con los clubes para esquivar a Hacienda. Cobran una parte de sus fichas a través de un contrato federativo, del que se les retiene el 48% de IRPF, y otra a través de un contrato de imagen, del que sólo se les retiene el 35%. Pero el club no podía realmente gestionar la imagen del jugador: podían vender, por ejemplo, la camiseta de Raúl (900.000 el ejercicio pasado), pero no obligarle al futbolista a promocionar un producto que no fuera del equipo, ni impedirle que, por su cuenta, cobrara por publicitar una marca determinada.

Hasta ahora, sólo algunos futbolistas de élite han logrado obtener dinero con su imagen. "Pero sacan migajas", dice Pérez. "Hacen un anuncio de natillas y les dan, por ejemplo, 20 millones; cuando si ese anuncio lo hicieran con la camiseta de su club, les darían 200".

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