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Vodevil

De conformidad con la vigente Ley de Propiedad Horizontal se convoca a los Señores Propietarios a Junta General Extraordinaria. La cita es en el piso primero de la finca, casa del Señor Presidente de una madrileña Comunidad de Vecinos. Cuatro vecinos, tres de los cuales forman pacto desde hace un par de años (pues que fueron los primeros en entrar en la gran casa de los pilares podridos) frente al recién llegado vecino del segundo, que acude a la convocatoria acompañado de su novia de mediana edad y parece confundir una reunión de cuatro vecinos de barrio gay con un Consejo de Administración de Construcciones y Contratas. El recién llegado llegó a la finca con el pelo peinado hacia atrás en ondas canosas, calcetines Ejecutivo granate y la irreprimible necesidad de dejar reiterada constancia de su condición de Ingeniero. Parece llegar de una escena buñuelesca o de una página onettiana, aquéllas en las que la condición de Ingeniero dotaba a su portador de una categoría superior frente a la plebe sin título. Sin embargo (y no digamos desde que se han enterado de lo del falso título universitario de Ismael Beiro), los del pacto se refieren al Ingeniero como "el Ingeniero" con un manifiesto tono de cachondeo y desdén. El Señor Presidente y la tesorera, en formación de prietas filas; la vecina del cuarto, en formación de prietas piernas; el Ingeniero, en formación, y la novia del ingeniero han respondido, pues, a la convocatoria y se inicia el Orden del Día, cuyo desarrollo se recogerá en Acta. Orden del Día: 1.- "Acuerdo a tomar sobre las obras de reparación urgente de la finca"; 2.- "Ruegos y preguntas".Al Ingeniero, una vez repetida de nuevo su calidad de tal, le preocupan mucho las estructuras y si los pilares podridos se arreglarán con hierro o con fábrica de ladrillo, con hormigón o calzadas con zapatas. La vecina del cuarto no entiende nada y calla. El Señor Presidente interrumpe para poner sobre la mesa su cargo si su gestión no merece la confianza de los cuatro vecinos. "Lo siento mucho, pero soy Ingeniero", dice el ingeniero. "Tú serás ingeniero, pero yo soy médico", dice el Señor Presidente, que es médico, "aquí todos somos vecinos y estoy harto de ocuparme de las cosas y que luego me vengan los listillos pejigueros, por no hablar de cuando tengo que echar a los yonquis del portal. ¡Dimito!". "Pues el cargo de tesorera va con el de presidente y he ido mil veces a Gas Natural, así que yo también dimito. ¡Vete tú, que eres ingeniero!", apostilla con firmeza la tesorera.

"A mí me merece mucha confianza vuestra gestión y agradezco enormemente vuestros desvelos en beneficio de esta Comunidad", pronuncia muy convencida la vecina del cuarto, que no sabe de qué están hablando. "Las estructuras son las estructuras, sólo quiero información, porque soy ingeniero", dice el ingeniero. "He dicho que antes de seguir pongo mi cargo sobre la mesa", corta el Señor Presidente, depositando sobre la mesa el folio de la convocatoria a Junta General Extraordinaria como si fuera el cargo. "Y yo", declama la tesorera. "Como somos cuatro, deberíamos saber llegar fácilmente a un entendimiento", insiste la vecina del cuarto, simulando saber qué hay que entender. "Pero si vosotros tres lo que queréis es mangonear", interviene la novia del ingeniero. "Disculpa, pero yo no estoy acostumbrada a estos términos", se defiende la vecina del cuarto, simulando ahora estar muy ofendida. "Pues mira el diccionario, bonita", sube el tono la novia del ingeniero. "Lo he mirado mucho, querida", declara lentamente la vecina del cuarto, al tiempo que sonríe y cambia el cruce de sus piernas, "porque da la casualidad de que yo soy filóloga". La novia del ingeniero mira para otro lado. El ingeniero se mira los calcetines Ejecutivo granate. El Señor Presidente mira su cargo sobre la mesa. La tesorera mira a los dos gatos del Señor Presidente, que se empeñan en ronronear sobre el regazo del ingeniero y de la novia del ingeniero. "Así que ya sabéis", se hace fuerte el Señor Presidente. "Eso", apoya la tesorera. "Que sí, que sí", se achanta el ingeniero, horrorizado ante la idea de que ambos cargos queden en manos de la vecina del cuarto y de sí mismo. Se levanta la sesión, que se recogerá en Acta (¡!). Los pilares de la finca podridos y los presentes sin conocer la titulación universitaria de la tesorera y de la novia del ingeniero. Luego dicen de Gran Hermano.

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