Consagración de los principios de la 'tercera vía' del laborismo inglés
Desaparición de fronteras
Liberalización parcial de la economía, defensa de la iniciativa empresarial y reconocimiento de que el mercado no garantiza la igualdad, apuesta decidida por Internet, aceptación de una globalización "con rostro humano", afirmación de la pluralidad y de la inmigración como factores de enriquecimiento... El PSOE ha consensuado un documento que recoge los principios defendidos por la tercera vía, corriente iniciada por el laborismo británico -su principal referente es el primer ministro, Tony Blair, aliado del presidente José María Aznar en la defensa de la liberalización de los mercados de trabajo, comunicaciones y energía en Europa-.Nueva Vía, la plataforma que impulsó al nuevo líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, parecía mezclar en su nombre la tercera vía de Blair y el nuevo centro de Gerhard Schröder, presidente socialdemócrata alemán. Blair y Scröder han firmado manifiestos conjuntos en favor de una economía con menos peso del Estado que no fueron apoyados por el otro gran líder socialista europeo, el francés Lionel Jospin, al que algunos sectores del PSOE -los guerristas, Izquierda Socialista, dirigentes de renombre como José Borrell o Luis Martínez Noval- consideran el único bastión de la izquierda.
La nueva dirección socialista hizo especial hincapié ayer en que también Jospin ha bajado los impuestos en Francia, a pesar de ser conocido por otras medidas rotundas como la ley de 35 horas semanales de trabajo. Quiso desmarcarse así de participar del pensamiento único que critican los oponentes a una tercera vía calificada de "liberalismo disfrazado".
La apuesta socialista por una globalización "con rostro humano" parte del reconocimiento de que los Estados nacionales tienen cada vez menos peso en las decisiones políticas y, sobre todo, económicas. Por un lado, los mercados de capitales, que mueven una cantidad ingente de dinero que deja pequeños a los Bancos centrales de la gran mayoría de los países y puede llevarlos a la ruina en cuestión de horas. Por otro, las poderosas multinacionales, que pueden amenazar a un Estado con retirarse de su territorio y causar un grave problema de desempleo. El texto del 35 Congreso del PSOE incide también en los competidores políticos del Estado: los nacionalismos, "a la búsqueda de mayor flexibilidad, mayor proximidad al ciudadano", y las estructuras supranacionales -el ejemplo más acabado es la Unión Europea-, "que buscan", se escribe, "mayor capacidad de respuesta a los nuevos desafíos". Todo ello parece sacado de un manual de la tercera vía.
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