El PSPV quiere adoptar el modelo del congreso federal para acabar con las luchas entre familias

Los socialistas valencianos no quieren desaprovechar la ola de optimismo y de cambios que ha desencadenado el 35º Congreso federal del PSOE celebrado el pasado fin de semana en Madrid. El PSPV iniciará esta misma semana el proceso de cara a su propio congreso, convocado para septiembre, que ahora se afronta con otros ánimos. De entrada, la experiencia de Madrid abre la puerta a la presentación de varios candidatos a la secretaría general del PSPV y a la superación de las adscripciones territoriales y familiares, de manera que la elección se produzca sin frentes "anti" y sin etiquetas.

Antes del cónclave federal, los movimientos que se registraban en las filas de la federación socialista valenciana estaban claramente condicionados por los equilibrios territoriales y por las luchas de familias, fundamentalmente entre los ciscaristas, por un lado, y el conglomerado renovador anti Ciscar en el que se habían aglutinado todos los demás. En ese escenario sólo aparecían dos posibles candidatos para dirigir el PSPV, que celebrará su propio congreso a mediados de septiembre: el mismo Ciprià Ciscar al frente de sus seguidores y un aspirante de la nueva mayoría que pudiera obtener el respaldo suficiente para impedir el acceso del ex secretario federal de Organización a la dirección del PSPV. Pero si algo ha quedado claro tras el Congreso federal es que ha permitido superar los condicionamientos territoriales y de familias a la hora de conformar una nueva dirección del partido. Y ese es el camino por el que ahora quieren transitar los socialistas valencianos. Ayer todos se declaraban dispuestos a seguir esa senda.Para empezar, van a intentar aprovechar la ola del congreso federal: esta misma semana, según anunció ayer el presidente de la gestora del PSPV, Francisco Granados, se abrirá el proceso que culminará con el congreso de septiembre. Y se abrirá de manera que pueda celebrarse con un esquema lo más parecido posible al cónclave federal: una vez comprobado que la concurrencia de varios candidatos no ha supuesto ninguna catástrofe, sino todo lo contrario, y visto que la decisión de celebrar la elección a una sola vuelta se ha demostrado acertada, los socialistas valencianos están dispuestos a imitar en todo el congreso federal. En Madrid se ha demostrado que un discurso puede producir un vuelco inesperado y aquí quieren aplicarse el cuento. Otra cosa será la capacidad de los posibles candidatos de hacer un discurso de esas características, que convenza y permita superar las diferencias de origen familiar o territorial, para centrarse en un proyecto de futuro con el que los socialistas valencianos superen definitivamente las convulsiones y las luchas internas que han vivido en los últimos cuatro años y puedan recuperar el poder en la Generalitat, cuya pérdida está en el origen de buena parte de sus males posteriores.

La tarea no es fácil, y quedan algunas incógnitas por despejar. Una de las más importantes es si Ciscar, después de su fracaso en el 35º Congreso, mantiene sus aspiraciones a dirigir el PSPV, teniendo en cuenta, por una parte, que los nuevos aires que se respiran en el socialismo español no le favorecen precisamente y, por otra, que ya no contará con el respaldo de la dirección federal que en los últimos años ha jugado a su favor. El ex secretario federal de Organización dejó entrever ayer que está dispuesto a presentarse, aunque otros destacados miembros del socialismo valenciano daban por hecho que no lo hará.

En todo caso, candidatos no faltarán. José Luis Ábalos, que ha salido reforzado por su papel al frente de la mayoría de la delegación valenciana en el congreso de Madrid, es sin duda uno de los más firmes y mejor colocados. Ábalos apostó desde el principio por José Luis Rodríguez Zapatero y eso se notará. La portavoz municipal en el Ayuntamiento de Valencia, Ana Noguera, es también una aspirante a tener en cuenta. Libre de la etiqueta de la corriente Izquierda Socialista en la que se integraba, es prácticamente la única que dejó oir su voz en la anterior dirección federal, que abandonó tras la dimisión de Joaquín Almunia. Noguera tiene discurso, y ganas, y podría aglutinar en torno suyo a una mayoría suficiente.

El entorno del ex presidente de la Generalitat Joan Lerma, por su parte, propugna a Joaquim Puig o Francesc Signes. El primero cuenta con la ventaja de que es diputado en las Cortes Valencianas y el segundo se ha significado por la solidez de su apoyo electoral. El alcalde de Onda, Enric Navarro, y el de Elche, Diego Macià, también podrían entrar en liza.En todo caso, de aquí a septiembre hay tiempo suficiente para que las diferentes opciones maduren, aunque los que se decidan a presentarse tendrán que decirlo pronto. Por su parte, el actual presidente de la gestora del PSPV, Francisco Granados, es un firme aspirante a la presidencia del partido, tal como ha sucedido con Manuel Chaves en el plano federal, como recompensa a su gestión en la dirección provisional.