El viraje hacia el gobierno

Eusko Alkartasuna ha suavizado en los últimos meses el tono de sus críticas a la acción de gobierno en el Ayuntamiento donostiarra. Este partido, junto al PNV, emprendió al inicio de este mandato una férrea resistencia a la gestión municipal que se ha ablandado con el paso del tiempo. Enrique Arana, portavoz de EA en el consistorio, rechazó siempre los numerosos ofrecimientos que recibió, tanto en público como en privado, del alcalde, Odón Elorza, para llegar a acuerdos en cuestiones cruciales para la ciudad.Sin embargo, y sin llegar a aceptar expresamente las invitaciones, EA dio un viraje a sus posiciones jalonándolo con apoyos puntuales, pero decisivos en algunos casos, al gobierno. A mediados de abril respaldó el desarrollo residencial en el área de Contadores, después de que dos meses antes Arana y Elorza intercambiaran graves acusaciones sobre una presunta especulación urbanística en esta zona del barrio de Bidebieta.

A continuación, a finales de mayo, EA-PNV se alió con el equipo de gobierno para decidir la ubicación definitiva de la futura estación de autobuses en Riberas de Loiola, con lo que se cerró un debate que había durado más de cinco años. También ha apoyado el anteproyecto de remodelación del mercado de San Martín, en el centro de la ciudad.

El apoyo de la coalición nacionalista a Elorza fue clave, la pasada semana, para sacar adelante la segunda fase del Plan de Euskera, del que se desmarcó el PP. Los votos de EA-PNV, junto con los de EH, salvaron al regidor donostiarra, quien de esta forma lograba salvar un plan que había dividido a los socios de gobierno.