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El Celta se enfrentará al Aston Villa

El Celta eliminó al Pelister macedonio en la tercera ronda de la Copa Intertoto tras ganar también el partido de vuelta en Bitola por 1-2. En Vigo venció 3-0. Se enfrentará ahora al Aston Villa inglés, que eliminó al Dukla Pribram checo.

El Celta se enfrentaráal Aston Villa

El Celta eliminó al Pelister macedonio en la tercera ronda de la Copa Intertoto tras ganar también el partido de vuelta en Bitola por 1-2. En Vigo venció 3-0. Se enfrentará ahora al Aston Villa inglés, que eliminó al Dukla Pribram checo.

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Eric Zabel honra al fin el 'maillot' verde

Fue un desafío inevitable. Volando desde Friburgo hasta Mulhouse, Lance Armstrong mostró al mundo de qué material está hecho el maillot amarillo. Antes, entrando solo en la Casse Déserte del Izoard, el colombiano Santiago Botero había enseñado la fibra de un verdadero escalador vestido con el maillot de lunares de rey de la montaña. ¿Y el maillot verde? ¿Y Erik Zabel, pretendidamente el mejor sprinter, según le designaba el jersey que vestía, qué hacía? El Tour más antillegadas masivas que se recuerda (sólo tres sprints hasta ayer) no parecía, evidentemente, el mejor lugar para que el alemán acabara con su sequía de triunfos (desde la octava etapa del 97, en Pau, Zabel no ganaba ni un sprint del Tour pese a que ha ganado el maillot verde los últimos cinco años, incluido éste, con lo que marca un récord en solitario, desempatando con Kelly). Tampoco parecía que la penúltima etapa, la más larga, la canicular travesía francesa de Este a Oeste, pudiera ser el mejor momento. Demasiadas ganas de fugarse, demasiados equipos sin victorias aún (nueve, incluido el suyo, el Telekom), como para pensar que el final de los 254 kilómetros fuera una disputa masiva. Y sin embargo, así ocurrió. Imponiendo una suerte de justicia poética, guiado por la fuerza del destino (y por el magnífico lanzamiento de Vinokúrov y Fagnini), Zabel ganó el sprint, ganó la etapa vestido de verde. El tercer maillot, también honrado.La felicidad de Zabel dejó hechos una miseria a un par de rivales. François Simon, el único de los hermanos Simon (Régis, Pascal y Jérôme son los otros tres) que no ha ganado una etapa del Tour, llegaba, precisamente, a su casa, a Troyes. Todo el mundo sabía que se iba a escapar y él no quiso llevar la contraria a nadie. Fugado anduvo y fugado resistió. Llegó solo a su pueblo. Pero a dos kilómetros de la meta sufrió la fuerza de aspirador del Telekom. El otro desgraciado fue Blijlevens, el descuidado sprinter holandés batido en la línea. Ligeramente descontento, pasados 50 metros de la llegada, Blijlevens, que todos los años gana una etapa del Tour, se quitó el casco y lo tiró violentamente contra el suelo. Tremendo estruendo. Tremenda alegría para un aficionado mutilado, que en silla de ruedas y vestido de arriba abajo con el maillot y el culotte del Banesto, cogió el casco, lo colocó en su regazo y huyó feliz de la meta.

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