Chaves achaca la grave crisis del PSOE a los cuatro cambios de liderazgo en cuatro años

"En cuatro años hemos tenidos cuatro líderes distintos. ¿A alguien le puede extrañar lo que ha pasado?". Un silencio afirmativo acogió ayer estas palabras de Manuel Chaves, cuando, como máximo responsable del PSOE en los tres últimos meses, se dirigió a los 998 delegados que asisten al 35º Congreso Federal para hacer balance. El presidente de la gestora fue muy crítico en su análisis de los bandazos dados por su partido en los últimos cuatro años, defendió la labor realizada por la gestora y pidió prudencia antes de apostar por cambios en el modelo de organización que reclaman los militantes.

El presidente de la gestora fue implacablemente crítico con lo ocurrido en el PSOE desde que les "golpeó" el resultado de las elecciones de 1996, pese a que entonces calificaron la derrota electoral de "dulce". Han sido cuatro años, recordó, en los que los ciudadanos han visto cuatro liderazgos distintos. "Primero fue Felipe; luego Joaquín Almunia; más tarde Pepe Borrell, y por último Joaquín de nuevo". El pase de los testigos de uno a otro, admitió Chaves, llevaba consigo prioridades políticas distintas, equipos diversos, conflictos y pulsos latentes. "¿A alguien le puede extrañar lo que ha pasado?", enfatizó.También cuestionó Chaves el haber elegido el sistema de elección directa de los militantes para los cargos electos, las denominadas primarias, "sin prever todas las consecuencias", como la bicefalia y las luchas de legitimidad entre cargos orgánicos y elegidos por los afiliados, por lo que se pasó del estado de "entusiasmo" inicial a provocar "deserciones" entre quienes se habían acercado al PSOE.

"Lo peor que podríamos hacer es no comprender la influencia que ha tenido en los resultados electorales el deterioro creciente de nuestra organización, del funcionamiento y de la vida" del partido socialista, reflexionó. El presidente de la gestora también relató las resistencias internas para cumplir lo que se aprueba en los estatutos, como la paridad entre mujeres y hombres, y la incorporación de jóvenes, porque "muchos hemos visto en peligro nuestra cómoda posición".

Modelo de Estado

También hubo reproches hacia la ausencia de una posición común sobre el modelo de Estado entre los socialistas y la dificultad de "fijar posiciones políticas a escala federal que contasen con el respaldo real de una amplia mayoría del partido". Chaves se preguntó si el PSOE ha perdido su capacidad para detectar las viejas fracturas sociales y si está preparado para afrontar una sociedad vez más multirracial.Después tuvo palabras de agradecimiento para Joaquín Almunia y José Borrell, quienes, de pie, recibieron una fuerte ovación de los delegados, y citó al menos en cuatro ocasiones al ex presidente del Gobierno, Felipe González, que siguió la intervención, junto con Almunia, en la primera fila del salón de plenos. El presidente de la Junta de Andalucía animó a los socialistas a reivindicar los 14 años de Gobierno de González. "Yo me siento orgulloso de nuestra memoria colectiva y de la contribución a la modernización de España", dijo entre aplausos.

Chaves dejó para el final las medidas adoptadas por la gestora desde hace tres meses y calificó el procedimiento elegido por la Comisión para elegir al futuro secretario general (a un sola vuelta) como el que "mejor, porque permite que se alcance un amplio apoyo a la nueva dirección política". El presidente de la Comisión Política también justificó el que la ponencia marco no hubiera señalado de manera nítida un camino sobre los cambios de modelo de partido.

Chaves, a cambio, se mostró prudente y pidió prudencia sobre las propuestas aperturistas defendidas por los militantes (primarias, limitación de mandatos, listas abiertas, incompatibilidades) con la "voluntad evidente de mejorar nuestra organización", pero que "implican cambios radicales sobre los que no existe aún una reflexión profunda sobre su alcance". El dirigente andaluz apeló a la responsabilidad de los delegados para que evalúen si esas iniciativas contribuyen a "debilitar o favorecer" a su principal adversario político.

El presidente de la gestora pidió a los delegados que sólo aprueben aquellas reformas "radicales" que refuerzan la organización y, en ningún caso, las que contribuyan a debilitarlo o favorecer a los adversarios políticos.Entre esas reformas, Chaves citó expresamente las primarias, la limitación de mandatos orgánicos o políticos, el mantenimiento de listas cerradas o la introducción de listas abierta, y el establecimiento de incompatibilidades o la adopción de medidas estrictas para asegurar la transparencia en la gestión que tengan encomendada los socialistas.

El presidente de la gestora llamó a poner punto final, a partir del domingo, a los "debates agrios" entre sectores que "desangran" al PSOE y pidió a los que "se sientan en minoría" que acepten con lealtad los resultados del congreso y a la mayoría, que practique la integración.

De las palabras de Chaves no se dedujo inclinación alguna por ninguno de los cuatro aspirantes, pese al deseo de muchos delegados de tener un punto de referencia que rompa la indefinición de estos días. La única referencia fue: "Me siento obligado a pediros que reflexionéis sobre lo que necesitamos dentro, con la vista puesta en lo que tenemos que ofrecer fuera".