Convergència incorporará a independientes en sus listas y reconocerá la figura del simpatizante
La ponencia de acción política que Convergència Democràtica (CDC) ha redactado para su congreso de noviembre plantea una radical modificación de su estructura organizativa con el objetivo de reforzarse como partido y abandonar, definitivamente, su secular etiqueta de movimiento político y social. Pero el nuevo sistema propuesto contiene fórmulas poco innovadoras como la apertura del partido a los simpatizantes, la incorporación de independientes a las listas, la elección directa de los candidatos o el dar prioridad a la política municipal, recetas ya explotadas por otros partidos catalanes. El documento se felicita por disponer en el partido de "un número dos [Artur Mas] con proyección y liderazgo".
Política local
El objetivo de Convergència, según figura en el documento, es seguir ocupando la centralidad política en Cataluña y recuperar los más de 300.000 votos que ha ido perdiendo desde las pasadas elecciones europeas. Para ello, plantea dos grandes medidas: incrementar la imbricación entre partido y sociedad, mediante la creación de plataformas organizativas intermedias, y primar la política municipalista.La ponencia hace una fuerte apuesta por la participación activa de militantes y de simpatizantes tanto en la toma de decisiones como en el control del cumplimiento de los programas electorales y de las resoluciones del congreso. Por primera vez, se reconoce la figura orgánica del simpatizante, para lo cual se buscarán fórmulas de "militancia parcial". El propósito, según figura en la ponencia, es ampliar el espectro social de Convergència y fomentar el debate interno. "Hemos de hacer un partido más abierto y más permeable, capaz de acoger gente de múltiples procedencias. Un partido de personas iguales o parecidas corre el riesgo de emprobrecerse", se afirma en el documento, cuya redacción ha sido dirigida por el actual secretario general, Pere Esteve. Asimismo, se incide en que la futura ejecutiva de CDC debe ser un espejo de las distintas sensibilidades del partido.
Con el objetivo de incrementar la democracia interna en CDC se proponen, entre otras medidas, la elección directa de los cargos públicos y candidatos, la incorporación de independientes en las listas electorales, la restricción de los cargos natos y de elección indirecta o la mayor participación de las mujeres, sin llegar a establecer cuotas o fórmulas de discriminación positiva.
En la ponencia se hace un profundo análisis sobre las causas de la pérdida de apoyo electoral y el incremento de la abstención. El goteo desde los comicios europeos ha sido constante, hasta alcanzar la cifra de 300.000 votos. Entre las causas se enumeran los problemas internos en la coalición de Convergència i Unió, la insuficiente penetración electoral en Barcelona y en el área metropolitana, la falta de coordinación o "ciertas actitudes inerciales". Entre los activos que destaca el documento figura el hecho de disponer de "un número dos", en clara referencia a Artur Mas a quien sin embargo no se cita, "con proyección, liderazgo y proyecto de futuro". "Durante un tiempo [el carecer de un número dos] ha sido uno de nuestros puntos débiles", reconoce la ponencia.
Para CDC, la política municipal ha de ser el objetivo prioritario a partir del congreso de noviembre, una política entendida como "el eje básico de vertebración del proyecto nacional", se subraya en la ponencia. De esta forma, se establece una mayor intervención de los cargos públicos municipales en los órganos de dirección del partido y se apuesta por otorgar, desde la Generalitat, mayores competencias a los ayuntamientos y entes locales. Mención aparte ocupa el descalabro electoral sufrido en Barcelona en las pasadas elecciones municipales. Para ello se propone la creación de un órgano específico para la coordinación de la estrategia tanto en la ciudad como en su área metropolitana.No obstante, la ponencia precisa que para la consecución de estos objetivos es fundamental que Convergència "resuelva su relación con UDC [Unió Democràtica] definiendo un nuevo marco de pacto para las elecciones municipales".
En el capítulo de política "nacional", se aboga por que CDC siga ocupando el espacio de "centro-izquierda" con el que se "identifica la mayoría de la sociedad catalana". La palabra "centralidad" se repite hasta una docena de veces en la ponencia.
La estrategia de pactos tan sólo ocupa cinco líneas del documento, para recalcar que la negociación con el PP o el PSOE "no ha de ser el precio de la reciprocidad en Cataluña", y se apuesta por la búsqueda de amplios consensos con todos los partidos representados en el Parlament de Catalunya.
En cuanto a política española, la ponencia defiende la necesidad de seguir colaborando con otras formaciones nacionalistas, a las que no cita, y en concreto a las firmantes de la Declaración de Barcelona con el fin de conseguir el reconocimiento de la plurinacionalidad de España. En este sentido se hace una defensa de lo que significó la Declaración de Barcelona como "una oportunidad de ser protagonistas [CDC] e influir en la opinión pública".
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