Greene y Johnson se atacan con crudeza antes de su duelo en 200

Maurice Greene, el hombre más rápido de la tierra, cumple el domingo 26 años. El regalo que más desea es la cabeza deportiva del plusmarquista mundial de los 200, Michael Johnson. En Sacramento, como en el viejo Oeste, no hay sitio para los dos. A la espera de la hora de la verdad, a las 17.48 (hora de California) del día 23, el desafío es verbal y sin respiro. Todo nace de la acusación de Greene de que Johnson consiguió con malas artes el récord en Atlanta. Para el campeón, la envidia y el resentimiento mueven la lengua de su rival. Greene: "Voy a ganar". Johnson: "Voy a ganar".Greene y su entrenador, John Smith, mantienen que Johnson logró en los juegos de Atlanta su récord mundial de 19.32 y el consiguiente oro olímpico porque la pista tenía una dureza en el límite de lo legal y era extrema la anchura de las calles en la curva. "Por favor... eso es ridículo", replica Johnson. "Primero dice eso, a las dos semanas dice que me respeta, luego que esto es una prueba previa, luego que me va a ganar... por favor".

Johnson, normalmente circunspecto y escaldado de una mala experiencia verbal en un desafío de hace tres años con Donovan Bailey que acabó en lesión, ha olvidado su propósito de no volver a caldear el ambiente antes de una carrera. Pero lo presenta como autodefensa: "No me respeta, quiere auparse a mi costa. No soy un fanfarrón. Todo lo que he dicho es para defender lo que he hecho".

"Michael Johnson sólo es un hombre, no el Superman que otros dicen que es", asegura Greene, campeón del mundo en Sevilla en los 200. Replica Johnson: "¿Que yo voy a tener miedo de un hombre que nunca ha corrido por debajo de 19.80? Eso es ridículo". La mejor marca de Greene esta temporada es 19.86, lejos de los 19.71 de Johnson. Pero el campeón consiguió ese crono en altura en Suráfrica: su mejor tiempo desde Atlanta a nivel del mar es 19.91. "Michael es un corredor de 19.90, 19.85, 19.80", dice Smith a su pupilo. "Si corremos en 19.90 o 19.85, lo tenemos". La clave está en la curva. Greene cree que si llegan a la par o con Johnson un metro por delante, la carrera será suya: "Mi velocidad de los pies es mayor. Soy un sprinter más fuerte que él". Si la distancia es mayor, el campeón mundial de los 100 metros no cree que tenga fuelle para esos otros 100 metros finales.

"No es una carrera entre Maurice y yo", dice Johnson. "Es una carrera contra otros siete. Para mí no tienen ni cara ni nombre. Son sólo gente que se me cruza en el camino. Voy a ganar". Y remacha: "No creo que ganar esta carrera vaya a acabar con las críticas. Cuando le gane, Maurice dirá que lo suyo es ganar en los Juegos. Pero yo no voy a ganar para callarle la boca, sino porque es mi trabajo".

En la distancia se han enfrentado dos veces, ambas en Eugene (Oregón). En 1997 ganó Johnson, y en el 98, Greene. El año pasado, en Sevilla, Johnson renunció a correr los 200 para concentrarse en los 400. Greene atribuyó la espantada al miedo y volvió a casa con el oro de campeón mundial. Entre los que le felicitaron, estaba su amigo y compañero de entrenamiento Ato Boldon, campeón mundial de la distancia en 1997. Boldon cree que Greene no tendrá el regalo de cumpleaños que ansía. "No es que crea que no puede ganar", dice. "Pero creo que Maurice no entiende que ésta es una carrera en la que hay 10 maneras de ganar y 20 de perder. Y Michael probablemente ha eliminado 19 de las maneras de perder".