Pasqual decide no liderar el cambio del Teatre Lliure
Nueva vuelta de tuerca en la crisis del Teatre Lliure: el director Lluís Pasqual no conducirá el cambio del colectivo a su nueva sede, previsto para el año próximo. Pasqual, que se encuentra en Buenos Aires, ha hecho pública en una carta su decisión de abandonar la dirección del colectivo el 31 de diciembre. Pasqual, no obstante, conservará su cargo como miembro del Consejo de Dirección del Lliure. El proyecto de renovación del Lliure, consustancial a su marcha de de Gràcia para ocupar un gran edificio en Montjuïc cuya construcción ha costado a las administraciones 4.600 millones, entra así en una etapa de incertidumbre al desconocerse quién liderará el cambio. La decisión de Pasqual, el nombre de mayor prestigio del Lliure, se enmarca en una crisis motivada por el retraso en la entrega de la nueva sede y por la indefinición de las instituciones acerca de qué cantidades se comprometen a pagar para su funcionamiento.
El Lliure no decidirá nuevo director hasta no conocer el contrato programa
El Teatre Lliure no empezará a debatir quién o quiénes han de componer su nueva dirección -cuando acabe Pasqual- hasta no conocer el contrato programa que determinará las nuevas relaciones del colectivo con las administraciones que lo financian y cuyo borrador el Ayuntamiento se ha comprometido a hacerles llegar antes de fin de mes. La decisión de no continuar de Pasqual -tomada también por el codirector del Lliure, Guillem-Jordi Graells-, se ha dado a conocer tras unas declaraciones, el viernes, en las que el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Ferran Mascarell, criticaba con acritud su gestión y ponía en duda su validez para conducir el cambio del Teatre Lliure.
Mascarell afirmó que la nueva realidad del Lliure -que conlleva un mayor desembolso por parte de las administraciones que lo subvencionan (Ayuntamiento, Generalitat, Diputación de Barcelona y Gobierno central)- exige una redefinición de las relaciones del colectivo con éstas. En concreto una mayor representación pública en los órganos de gobierno del Lliure y un mayor control económico. Y sugirió que Pasqual es un obstáculo para encauzar la nueva etapa.
La carta de Pasqual hecha pública ayer tiene fecha del pasado viernes y va dirigida a Antoni Dalmau, presidente de la Fundación Teatre Lliure. En ella Pasqual recuerda que su decisión -y la de Graells- de dejar la gestión artística y de funcionamiento del Lliure fue comunicada el 13 de junio en la Junta de Gobierno de la fundación y pide que se haga pública. Pasqual compareció el jueves en rueda de prensa para presentar la temporada del Lliure, un acto en el que todo el mundo daba por sentado que anunciaría su decisión de dejar la dirección. Pero no lo hizo. Y él y Graells emplazaron a las administraciones a desbloquear el futuro del Lliure, a la vez que acusaron a Mascarell de entorpecer las negociaciones.
En la carta, Pasqual se refiere a las declaraciones posteriores de Mascarell y afirma su temor de que "los verdaderos problemas queden ocultos por una polémica que desgraciadamente tomará un tono absolutamente personalista"; "es decir, dirigido contra mí", matiza. Y continúa: "Esto no tendría ningún sentido desde el punto de vista del Lliure, que ha sido siempre un colectivo". Pasqual apunta que las reglas del juego las han de fijar "conocedores de este oficio milenario" y no a través de "ejercicios de impostura política que no tienen nada que ver con el teatro". "Lo más oportuno, tanto para el buen desarrollo del proyecto del Lliure, como por una cuestión de pudor personal y profesional, es reiterar hoy mi dimisión de los cargos apuntados", explica. Pasqual recalca que él y Graells continuarán en la Junta de Gobierno del Lliure y como miembros del Consejo de Dirección del teatro.
También ayer, la fundación hizo público un comunicado en el que se expresa la confianza en recibir pronto el borrador del contrato programa anunciado por Mascarell y el compromiso a estudiarlo con celeridad. Asimismo se asegura que no es cierto que la fundación no haya aceptado la fórmula del contrato programa hasta hace unos pocos meses, que las instituciones hayan sido sorprendidas por el déficit del teatro o que el retraso en las obras de la nueva sede responda a cambios en el proyecto, afirmaciones todas de Mascarell. La fundación reitera a las administraciones su voluntad y disposición para aclarar las circunstancias de su futuro. Y subraya que ese futuro pasa siempre por el respeto a la libertad de creación.
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