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La obra de demolición de la casa hundida en Granada incumplió los requisitos

La empresa que procedió a la demolición del inmueble, cuya fachada se desplomó el lunes en el centro comercial de Granada, sólo estaba autorizada a "consolidar y proteger" y excepcionalmente a derruir los elementos del inmueble. El informe del área de Planificación Urbanística del Ayuntamiento de Granada concluye que las obras no cumplieron los requisitos planteados por la Consejería de Cultura. Los inquilinos de los inmuebles colindantes que fueron desalojados regresaron a los pisos, salvo una familia.

El informe de los técnicos municipales precisa que el decreto de ruina inminente decretado el pasado 13 de marzo recogía literalmente los requisitos que debía seguir la propiedad para el desmontaje del inmueble. Dichas condiciones, determinadas por la delegación de la Consejería de Cultura, limitaban la intervención sólo a las "medidas necesarias de consolidación y protección" y prohibía realizar más demoliciones que aquellas que resultaran estrictamente necesarias.Para cualquier otra actuación,señalaba el decreto, los propietarios tendrían que pedir autorización "expresa y previa" a la Consejería de Cultura. Estas condiciones, agrega el informe, constan en el expediente de ruina del inmueble y le fueron comunicadas a la promotora, la empresa Chinchilla Navarro.

Sin embargo, "las obras de demolición se iniciaron sin cumplir los requisitos citados, procediendo a la demolición íntegramente con maquinaria pesada y cables". Los servicios técnicos municipales autorizaron ayer a la constructura a retirar las partes del inmueble a medio demoler y con grave riesgo si bien matiza el informe que, en la situación actual, una vez producido el hundimiento, "no queda ninguna parte del edificio en pie".

Jesús Chinchilla, portavoz de Chinchilla Navarro, explicó ayer que la demolición, ejecutada por una segunda empresa, Martín Bruque, fue muy cuidadosa ya que tenían constancia de la poca consistencia del edificio. El desplome se produjo al soltarse "el pilar que abrochaba las dos fachadas", la de la calle Mesones y la de Marqueés de Gerona.

"Conocíamos perfectamente el riesgo que había, pero no imaginamos nunca que el edificio se iba a desmoronar. Ayer comprobamos que las piedras de encima de los forjados también estaban sueltas", indicó Jesús Chinchilla.

La constructora puso ayer a disposición de las ocho familias que fueron desalojadas de los edificios contiguos habitaciones en un hotel de Granada que, al final, no fue necesario ocupar. Los inquilinos volvieron a sus hogares después de que los técnicos comprobaran que no había riesgo de derrumbe. Sólo una familia, compuesta por dos hermanas de edad avanzada, permanece en el piso de unos familiares.

Un juzgado de Granada ha abierto diligencias para aclarar las responsabilidades civiles y penales. El accidente ha puesto de manifiesto el mal estado en que se encuentran muchas de las viviendas del centro de la ciudad. En el solar de la casa que se desplomó el lunes la promotora pretende levantar un edificio con bajos comerciales y garaje.

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