Puro sabor a Jalisco
Cuarenta charros y mariachis mexicanos llevan a Leganés su folclor y deporte nacional
Mario Villaseñor hincó la rodilla en el suelo, se quitó su enorme sombrero y comenzó a rezar a la Virgen de Guadalupe. Momentos después, este joven, de 25 años, se subió a los lomos de una vaquilla brava y empezó la doma. Era el comienzo del espectáculo de rodeo mexicano que ayer se vivió en la plaza de toros La Cubierta de Leganés (173.000 habitantes), tras el desfile a caballo de los jinetes participantes.Al igual que Villaseñor, 11 jinetes recién llegados de la región mexicana de Jalisco y 31 mariachis mostraron al público las raíces y las técnicas del arte charro. Éste consiste en capturar con lazos a reses bravas para poder curarlas, marcarlas o castrarlas. En México se ha convertido en un deporte nacional, que cuenta con más de 1.400 clubes profesionales y amateurs. "Cuando visité México, me quedé sorprendido por la técnica que emplean y lo vistoso de la trata y laceado de las reses. Creo que es una forma de acercar la cultura de nuestros hermanos mexicanos a España y de una forma que impacta", señala José Crisanto Angulo Henales, el promotor de la gira de estos rodeos mexicanos.
El arte charro ofrece diferentes disciplinas. Una de las más vistosas son las llamadas manganas, que consisten en lazar las patas delanteras de yeguas en pleno galope a pie o a caballo. Para que la suerte salga bien hay que hacer coincidir muchos factores, como la velocidad del animal, la distancia y la dirección, que suelen variar. Otra variante tan vistosa es la doma de reses como la que ejecutó Mario Villaseñor. Ayer se hizo con vaquillas que no superaban los 300 kilos, pero en el país azteca las reses pueden superar los 900 kilos. "Cuando estás encima del toro sientes algo tremendo. Tienes debajo un animal que es pura fuerza y tienes que ser capaz de dominarlo. Para ello necesitas mucha fuerza en el abdomen y mucho equilibrio durante todo el lance", explicó ayer el varias veces campeón nacional de esta disciplina, Rafael Ramírez. La disciplina charra se ha convertido en un deporte nacional, junto con el fútbol y las corridas de toros.
Una de las partes que más aplausos arrancaron a los 400 espectadores que acudieron a La Cubierta fue el llamado paso de la muerte. Un jinete cambia de caballo en plena carrera y pasa a lomos de una yegua salvaje.
Todo el espectáculo estuvo animado por un grupo de mariachis que hicieron sonar en la plaza de toros los corridos y las rancheras más famosas del repertorio. Como colofón actuó la cantante Isis Padilla, una de las más conocidas de la azteca Guadalajara. La gira de estos rodeos comenzó el 1 de julio en Ampuero (Cantabria) y está previsto que, tras visitar todas las comunidades autónomas, termine el 20 de agosto, fecha en la que sus participantes deben volver a sus trabajos.
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