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Tribuna:TOUR 2000 14ª etapa
Tribuna
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Escaladores frente a contrarrelojistas

Cada vez hay más corredores completos en el pelotón, de esos que se defienden muy bien en los dos terrenos (alta montaña y contrarreloj) que suelen decidir la clasificación general de una vuelta por etapas. Aun así, siempre existirán especialistas en una u otra disciplina: escaladores y contrarrelojistas. De hecho, esta distinción es la esencia misma del ciclismo, desde siempre. Muchos creen que son especialidades casi antagónicas.Existen ya algunos estudios científicos al respecto. De los mismos se deduce, en primer lugar, un hecho evidente: los escaladores son más ligeros (su peso medio suele rondar los 60 kg y la relación entre su peso y su talla en metros al cuadrado o índice de masa corporal es de 19 o 20) y los contrarrelojistas son más grandes y pesados (su peso medio se acerca más a los 70 kg y su índice de masa corporal es de aproximadamente 22). Esta primera diferencia morfotípica o antropométrica sí es achacable, al menos en parte, a la genética de cada uno. Y condiciona la mayor facilidad que tienen los escaladores para vencer la fuerza de la gravedad (subir es vatios divididos por kilos, podríamos decir) y la que tienen los contrarrelojistas, más musculosos, para llanear a 50 por hora (contrarrelojear es vatios sin más). De hecho, los contrarrelojistas son capaces de generar unos 450 vatios (en teoría) en su umbral anaerobio (es decir, al 90% de su capacidad máxima), unos cincuenta más que los escaladores. En cambio, esta diferencia ya no es tal (incluso se invierte en parte) si expresamos la potencia con relación al peso: unos 6 vatios por kg en los contrarrelojistas y no muy lejos de los 7 vatios por kg en los mejores escaladores. El consumo máximo de oxígeno o VO2max (un parámetro que refleja la capacidad máxima de rendimiento en deportes de resistencia o algo así como la cilindrada del motor de un deportista, en un símil automovilístico) es algo mayor en los contrarrelojistas puros (su organismo es capaz de consumir más de 5 litros de oxígeno por minuto de ejercicio, mientras que algunos escaladores no llegan a esa cifra). En cambio, y debido a las diferencias de peso entre unos y otros, el VO2max relativo al peso (en unidades de mililitros de oxígeno/kg/minuto) es claramente superior en los escaladores (80) que en los contrarrelojistas (70). Por expresarlo de un modo simple: los contrarrelojistas tienen más motor que los escaladores, pero éstos aprovechan mejor el suyo.

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Además, existen otras diferencias. Y aquí no sólo interviene la genética (el morfotipo): también se puede mejorar (y mucho) en una u otra especialidad con el entrenamiento. Los escaladores puros suben a base de bruscos acelerones (los famosos hachazos). Obviamente es más fácil acelerar en montaña con un peso ligero, pero no es lo único que cuenta. Para acelerar tan rápido hay que reclutar rápidamente muchas fibras (células) musculares a la vez, y posiblemente muchas fibras rápidas, las cuales utilizan preferentemente una vía de obtención de energía: la glucolisis anaerobia. Glucolisis anaerobia significa producción de lactato con la consiguiente acidosis láctica que hay que neutralizar (o tamponar, hablando con propiedad) lo antes posible. Por otra parte, los contrarrelojistas tienen otras cualidades entrenables. Quizás menos fisiológicas y más biomecánicas o técnicas: la contrarreloj es el arte de ir lo más rápido posible con la menor cantidad posible de vatios (cantidad siempre muy grande, en cualquier caso). Para ahorrar vatios lo mejor es adoptar una posición muy aerodinámica (realmente incómoda, pero igual de incómoda para todos). Y también ayuda pedalear redondo, que significa no sólo empujar hacia abajo en la fase descendente del pedaleo (lo hacen los músculos del cuádriceps, en la parte delantera del muslo), sino también tirar hacia arriba en la fase ascendente (lo hacen sobre todo los músculos isquiotibiales, en la parte trasera del muslo): así, se ahorra constantemente trabajo a los músculos que más sufren, los del cuádriceps. Una vez más, los métodos para mejorar en esta especialidad (horas y horas con la cabra de contrarreloj, entrenamientos tras moto, ensayos en el túnel de viento) son los mismos para todos.

Alejandro Lucía es fisiólogo de la UEM.

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