Ferrer Pastor
Tuve noticia de la muerte de Paco Ferrer Pastor, precisamente, cuando estaba escribiendo un artículo para Saó sobre Josep-Lluís Bausset a quien la revista dedicará su próximo número. Fue el 4 de febrero pasado cuando los tres coincidimos, por última vez, en el acto de entrega de la Medalla de la Universitat de València a Ferrer Pastor. También Bausset seria distinguido por la Universitat con el premio Vicent Ventura. Hay que reconocer que el equipo que dirige nuestra Universitat, con su rector Pedro Ruiz al frente, sabe honrar a los valencianos que han dedicado su vida a recuperar la lengua y las señas de identidad de nuestro pueblo. Y, sobre todo, a dar ejemplo cívico.He tratado modestamente, en no pocas ocasiones, de resaltar la figura de Ferrer Pastor. Maestro y, sobre todo, amigo. Ahora, que ya no está con nosotros, quisiera recordarle con palabras que él pudo conocer en su momento. En esta misma columna, con motivo de la concesión de la Medalla de la Universitat, dediqué unos párrafos a poner de relieve la importancia de su obra. Sirvan aquellas palabras que, en parte, a continuación se reproducen, para reafirmar, una vez más, la importancia que Ferrer Pastor ha tenido para la recuperación de nuestra lengua y para dar ejemplo de ciudadano comprometido con su pueblo:
"Ferrer Pastor ha sido un enamorado de nuestra lengua. Su labor de lexicógrafo ha sido importantísima. A lo largo de muchos años de trabajo ha conseguido recuperar, en buena medida, gran parte de nuestro patrimonio lingüístico, salvando del olvido y evitando, por tanto, que cayesen en desuso, miles de palabras que él ha incorporado a sus vocabularios y diccionarios, enriqueciendo, así, el habla y la escritura del valenciano.
Con Carles Salvador inició los cursos de lengua de Lo Rat Penat a finales de los años cuarenta, siendo profesor de los mismos hasta primeros de los sesenta. En 1956 publicó su Diccionari de la rima, primera obra de estas características tanto en Valencia como en Cataluña, en la Editorial Torre, de Casp y Adlert, como recordé en estas páginas hace quince días con motivo de la muerte de Enric Valor. Y en 1960 aparecerá su primer Vocabulari Valencià-Catellà, que luego ampliará, publicando el Vocabulari Castellà-Valencià. Valencià-Castellà. Esta obra ha sido fundamental para que muchas generaciones pudiesen -pudiésemos- aprender a utilizar, correctamente, las palabras y aplicarlas en su verdadero significado. De mí puedo decir que, no sólo me ha servido sino que me sigue sirviendo. Es una obra de mucha utilidad y en mi mesa de trabajo la tengo siempre a mano para resolver cualquier duda a la hora de escribir. Prueba de esa utilidad es la cantidad de ediciones que se han hecho de la misma y el número de sus tiradas. La acogida que han tenido los diccionarios y vocabularios de Ferrer Pastor suponen uno de los mayores éxitos editoriales entre nosotros.
Mi amistad con Paco Ferrer Pastor viene de lejos. Y mi aprecio por su persona. Y ha habido momentos en que hemos compartido ilusiones y desvelos por éste país nuestro. Le conozco bien, y he podido saber, a lo largo de tantos años, de su civismo y de su irrenunciable valencianía".
Paco nos ha dejado. Pero nos ha dejado más cultos, gracias a su obra lexicográfica, y más conscientes de nuestra realidad como pueblo. Descanse en paz.
fburguera@inves.es
