Una sola ruta
"Es una reacción espontánea", dice Alan Jones respecto a los disturbios, mientras aguarda la señal de arranque de su desfile. "Todos pertenecemos a la misma familia lealista, incluso los paramilitares". La marcha de este electricista norirlandés, que veranea en España, no pudo avanzar por el puente Ormeau hacia una calle católica. En compañía de sus hermanos orangistas de la logia de Belfast, Jones se niega a dar la batalla por perdida. O a aceptar la propuesta de sus vecinos católicos: limitar las procesiones a los respectivos barrios nacionalistas y unionistas. "Es la ruta que tomamos tradicionalmente para desfilar hasta el centro y no estamos preparados para emprender otro camino". "No veo solución al conflicto, y cuanto más dura la prohibición, más frustración se crea entre nuestra comunidad".
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