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Kaos Etiliko se adhiere al rock melódico, incisivo y fácil de corear

Disco de Neurastenia

Tras rehabilitar el legado del rock radikal vasco con un estreno discográfico titulado No hay agua, los alaveses Kaos Etiliko se han adherido a la fórmula de grupos como Reincidentes, deudores igualmente de los principales adalides de la etapa más convulsa del rock vasco-navarro y recientemente recompensados con el disco de oro que les corresponde por haber vendido más de 50.000 ejemplares de su elepé en directo. Estos datos pueden alimentar el optimismo del grupo en lo referente al futuro que le espera a Porsupuestón!, su última entrega.Porsupuestón! se grabó en Azkarate entre los pasados meses de abril y mayo, y fue el ex Korroskada Triku quien se encargó de la producción y de arreglar sus 13 canciones, aunque la mezcla final de esas piezas de rock melódicas, incisivas y fáciles de corear quedó en manos del atareado Kaki Arkarazo.

Así, esos dos músicos han dado el toque final a una serie de historias que critican el creciente odio, maldad y envidia instalado en la sociedad actual, narran peripecias de yonquis y delincuentes, anhelan noches de rock and roll o ponen al oyente en la piel de quienes ahogan sus penas en alcohol. Y también hay un hueco para el desamor en el repertorio del quinteto de Salvatierra, que comparte con Manolo Kabezabolo y algunas letras de Ketama el gusto por sustituir las ces por las kas.

También es fácil sacar parecido a la propuesta de Neurastenia, cuyo segundo elepé ha sido coeditado por dos dicográficas navarras, Sorgiñe Diskak, de Olite, y Gor, de Pamplona. En su caso, las conexiones son evidentes con Extremoduro, con quienes han compartido escenario en numerosas ocasiones y cuyos miembros ya colaboraron en el trabajo anterior, por lo que su relación es también estrecha en lo personal. En lo musical, como sucede con el grupo de Roberto Iniesta, aunque con menos arreglos, el cantante, compositor y guitarrista de Neurastenia edulcora la instrumentación rockera exprimiendo el potencial melódico de unas voces que abordan sin tapujos, explícitamente, historias que muchas veces acaban en la cárcel o tratan de drogas. Así confecciona lo que llama "rock urbano e independiente".

Como sus propios componentes reconocen, la historia del cuarteto barcelonés es propia de un "grupo de barrio periférico", lo que implica haber dado muchos conciertos en distintas condiciones y haberse trabajado intensamente el repertorio en el local de ensayo antes de darse a conocer.

De hecho, el grupo se formó en 1988 pero tuvieron que pasar casi 10 años para que viera la luz su estreno discográfico, Todo es mentira. Sin embargo, no es lo único que grabaron a lo largo de esa década, ya que antes pusieron en circulación tres maquetas: Si te interesa, Libertad para todos y Por qué.

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