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Entrevista:JOHN ELLIOTHISTORIADOR HISPANISTA

"Tengo más amigos del siglo XVII que ahora"

John Elliot viaja cuando quiere al siglo XVII sin desplazarse del XX. Su delgadez hamletiana podría sugerir que tanto cambio de siglo le lleva a una dualidad insoportable. No es su caso. Atravesar en un segundo la España imperial y llegar a la autonómica no provoca vértigos en este profesor de porte aristocrático. Tampoco repartir sus días entre sus clases de Oxford y su habituales viajes a España. En Madrid suele alojarse en la Casa de Velázquez, un edificio de aburrida apariencia en el que el visitante encuentra un regalo inesperado: desde su patio central, los ojos atraviesan la Casa de Campo sin que ninguna barrera visual los detenga. Nombrado sir por Isabel II y reiteradamente condecorado en España, Elliot, de 70 años, sigue alimentando dualidades: semanas atrás asistió a un coloquio en Madrid para hablar de las diferencias británicas y españolas en la colonización americana, una investigación que abordará en un futuro libro. Pregunta. América centra ahora su principal interés. ¿Tal vez porque su pasión por los Austrias se ha agotado?

Respuesta. Ese tema nunca se agota. Y América no se puede separar de esa colección de reinos que era la monarquía austriaca (España, Flandes, etcétera).Un mismo gobernante podía ir de Valencia a Perú, o de Italia a Flandes. Todo está relacionado.

P. ¿Qué distingue la colonización española de la británica?

R. Los indios perduran en Latinoamérica, pero no en el Norte. Por otro lado, los españoles aceptaron mezlcarse, pero también llevaron nuevas enfermedades a todo el continente.

P. ¿Algún otro personaje le ha fascinado tanto como el conde duque de Olivares?

R. El conde de Gondomar tiene interés y la biblioteca del Palacio Real editará pronto sus cartas. Pero al conde-duque le he dedicado más de la mitad de mi vida. No sé tanto de nadie; no puedo comparar.

P. ¿Qué le cautivó de él para dedicarle tanto tiempo?

R. Lo que me sedujo fue esa España del siglo XVII a punto de declinar; ese final de época que el conde-duque trata de controlar y frenar aunque el pueblo palpe ya su decadencia.

P. ¿Hay algún político contemporáneo que le recuerde al conde-duque?

R. No, y mejor que así sea.

P. ¿Alguna vez se ha sentido más cerca del siglo XVII que del nuestro?

R. No, pero tengo más amigos en el XVII que en éste.

P. Tampoco deben faltarle amigos en este Madrid que empezó a visitar en los cincuenta para ver el Museo del Prado.

R. Desde luego. Fue en esas visitas cuando decidí estudiar la historia de España.

P. Ha publicado La rebelión de los catalanes y conoce bien los encuentros y desencuentros entre Cataluña y Castilla. Pero ahora, ¿observa fragmentación en la enseñanza de la historia entre las diversas autonomías?

R. El país en su conjunto cuenta con historiadores excelentes. Quizá la tarea que se les presente ahora es armonizar la historia propia con la general.

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