Más de 50 muertos al derrumbarse una montaña de basura sobre un barrio de chabolas en Filipinas

Al menos 50 personas murieron ayer al derrumbarse una montaña de basura en el vertedero de Payatas (a 12 kilómetros de Manila) sobre una colonia de chabolas donde malviven 60.000 personas, que tienen en el reciclaje de basura su principal medio de subsistencia. Más de 90 personas resultaron heridas y un centenar desaparecidas tras la avalancha. "Ayúdennos, nuestros padres están enterrados bajo la basura", suplicó a los equipos de rescate Robee Pablo, de ocho años, aún cubierto por la porquería. Según un soldado del Ejército filipino, su superior le habría asegurado que "más de mil personas podrían estar aún sepultadas", aunque este dato estaba sin confirmar. Muchos de los muertos eran niños, algunos de los cuales apenas tenían meses. El colapso se habría producido tras las fuertes lluvias de los últimos días provocadas por el tifón Kai Tak.Cerca de 300 soldados del Ejército filipino y voluntarios luchaban sin apenas medios bajo la lluvia por rescatar personas con vida bajo la inmensa montaña de deshechos. Algunos de ellos arañaban con las manos desnudas una montaña de basura que durante años se ha ido acumulando hasta convertirse en un símbolo de la pobreza masiva en Filipinas. El vertedero, irónicamente llamado Lupang Pangako (La Tierra Prometida), es un lugar desolador (equivalente a tres campos de fútbol y una de cuyas paredes tenía más de 15 metros de alto) donde más de 60.000 desheredados se dedican a hurgar en la basura para intentar sacar algo que vender y sobreviven comiendo los desperdicios.

Por otra parte, tres periodistas de la cadena de televisión francesa France 2 engrosan desde el pasado domingo la lista de rehenes (40 en la actualidad) en poder del grupo separatista musulmán filipino Abu Sayyaf, informa France Presse. Los secuestrados se habían desplazado hasta la isla de Jolo (sur de Filipinas) para entrevistar a Galib Andang, uno de los jefes guerrilleros, y no se había tenido noticia de ellos desde el lunes, cuando el equipo de televisión se internó en la selva, desoyendo los consejos de las autoridades locales.