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RAÍCES

Torremocha novela la vida de los marginados del siglo XVI

Labor de documentación

Corsarios turcos y piratas berberiscos, pícaros de diversa índole, batallas navales como la de Lepanto, prisiones de Tetuán, almadrabas de la costa gaditana, la Sevilla enriquecida por el comercio con Indias, el bandolerismo en la Sierra de Ronda y lo más bajo de la sociedad andaluza y del norte de África. Éstos son los elementos y el paisaje que recoge Historia verdadera del pícaro Juan Pedroche (editorial Sarriá), del gaditano Antonio Torremocha Silva, que a través de las aventuras de un joven hidalgo andaluz huido de la justicia reivindica la novela picaresca y la historia de los desfavorecidos, "la infantería de la Historia".Escrita en primera persona, la novela narra las peripecias de Juan Valenzuela, un joven que tras matar a un capitán de la Santa Hermandad se ve obligado a huir y a cambiar de nombre. Emprende un viaje por tierras andaluzas: se oculta entre los monfíes (moriscos salteadores) de la Sierra de Ronda y comparte pendencias con los pícaros de las almadrabas de Zahara de los Atunes y otros pueblos costeros, antes de ser capturado por los berberiscos y llevado a un cárcel de Berbería, donde permanece cautivo 10 años. Después, acude a la Sevilla de pícaros y truhanes que pululan en torno a los florecientes negocios del puerto, y llega a embarcarse como remero en una de las galeras que participa en la batalla de Lepanto.

"Lleva una vida de marginado, mezclándose con lo más bajo de la sociedad", dice Torremocha, profesor de Geografía e Historia en excedencia y director del Museo Municipal de Algeciras, que describe Historia verdadera del pícaro Juan Pedroche como una novela a la vez picaresca, de viajes e histórica, que le ha exigido una amplia labor de documentación, no sólo en cuanto a los hechos históricos y los escenarios ("todos reales y fidedignos"), sino también sobre aspectos como la vestimenta de la época y la gastronomía morisca.Torremocha concibió la idea al leer un libro que describía la pesca del atún en el siglo XVI. "Me sentí profundamente atraído por este sistema que se practicaba desde los fenicios y romanos. De marzo a julio, los pueblos de la costa gaditana eran un hervidero de gente que acudía a las almadrabas. Había muchos pícaros que iban al Estrecho para la pesca del atún", señala el autor. "Entonces, el Estrecho era una frontera reciente que enfrentaba a dos mundos, el cristiano y el musulmán". Una frontera conflictiva que ha querido reflejar. "Tarifa y Zahara fueron asaltadas en numerosas ocasiones por los piratas. Era un mundo peligrosísimo". El autor retrata las clases más pobres del siglo XVI. "No son hazañas de grandes personajes, sino la historia de los marginados y desfavorecidos, que siempre han sido la infantería de la Historia oficial, porque los ha relegado al olvido".

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