ANFITRIONES PRESIDENCIALES
El presidente del Gobierno, José María Aznar, que sigue todavía sin poder correr ni rodar en bicicleta por mor de su convalecencia de la aún reciente intervención de rodilla, se lanzó de cabeza y nadó en el Mediterráneo, en Formentor, Mallorca, el pasado fin de semana. La zambullida presidencial -y una travesía por el litoral del norte- se efectuó desde la cubierta del Tambor, un yate lancha de 15 metros de eslora y tres camarotes. La embarcación, que fue marco del encuentro privado con el primer ministro de Finlandia, Paavo Lipponen y su esposa Paivi, fue cedida por Gabriel Barceló, el patrón del grupo turístico familiar internacional que ahora dirige su hijo Simón Pedro, ex senador del PP. Mientras Aznar y Ana Botella -que vistió bañadores fucsia y azul- navegaban como invitados de los hoteleros por tercera vez, la otra rama de la misma compañía familiar, Sebastián Barceló y su hijo, atendían en Palma a otro presidente, Hipólito Mejía, de la República Dominicana, país donde la empresa posee una red de hoteles. Cuando Aznar ha efectuado turismo náutico por Baleares ha usado también otros dos distintos armadores: el ex ministro Abel Matutes y su rutilante velero Aiglón, y una gran lancha rápida del que fue vicepresidente de Telefónica Javier Revuelta. Los Aznar, en tierra esta vez, pasaron dos noches en un hotel de lujo, en la playa de Muro, del alcalde autonomista Miquel Ramis, de Grupotel. Ramis y los Barceló -también Matutes- figuran entre los mecenas del nuevo yate del Rey, el Fortuna.-ANDREU MANRESA,
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