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Davenport no está invitada a la fiesta de Venus

La final femenina es de pronóstico incierto, pero promete grandes emociones por el carácter de las dos contendientes

En pantalón, corto o largo, siempre con chándal y con una sonrisa, Richard Williams es el rey del All England Club, donde se disputa el torneo de Wimbledon. Se pasea por los aledaños de la pista central y nunca se niega a ser fotografiado con grupos de aficionados, o a firmar autógrafos. Es un hombre sincero, que dice las cosas como las siente. Algunas veces ha sido tomado por loco, porque su realidad, su lógica, no es la misma que la de los demás.Justo cuando acabó la semifinal que enfrentó a sus hijas, Richard volvió a reunirse con un grupo de periodistas y dijo: "Ésta es la fiesta de Venus, y ni Hingis ni Davenport han sido invitadas". Más claro, el agua. Pero por si quedaban dudas, cuando se le preguntó quién creía que iba a ganar la final que hoy (15.00 hora española) disputan Lindsay Davenport y Venus Williams, Richard agregó: "Usted ya sabe que yo sé quién ganará".

Ninguna de las dos semifinales fue especialmente brillante, pero el nivel competitivo resultó muy superior en la de Venus y Serena, que en la de Davenport y Dokic. Sin embargo, eso no asegura ningún pronóstico para la final. El mejor referente es la estadística, y ésta ofrece grandes posibilidades a Davenport, la campeona del año pasado en Wimbledon. De los 12 enfrentamientos previos entre ellas, Davenport ha ganado nueve, entre ellos el último jugado en Filadelfia el año pasado en moqueta.

"El torneo me está resultando mucho más difícil este año que el pasado", afirma Davenport. "La primera semana pasé momentos difíciles, jugué mal, pero prefiero haberme clasificado para la final de esta forma. Me he enfrentado muchas veces con Venus, y la mayoría de ellas la clave del partido ha estado en la calidad de mi resto. Ella saca muy bien, pero si la resto con bolas profundas, los peloteos me son favorables".

"Yo creo", responde Venus, "que cualquier referencia al pasado es obsoleta, porque las circunstancias son muy diferentes. Siento que juego mucho mejor que antes, y mi saque es mejor. Jugaremos en la superficie más rápida y es la final de un Grand Slam". Ayer, Venus y Serena Williams se clasificaron para la final del torneo de dobles, tras superar a Ana Kurnikova y Natasha Zvereva por 6-3, 7-6. Serena, ya recuperada de la derrota en semifinales individuales, apostó por su hermana: "Lo único que Venus debe hacer es salir relajada, sin pensar que está en una gran final. La táctica ya se la daré esta noche en la habitación. No quiero que Lindsay lea los periódicos y se entere de todo". Si Venus gana será la segunda jugadora negra que se impone en Wimbledon, tras los triunfos consecutivos de Althea Gibson en 1957 y 1958. La última final entre estadounidenses se produjo en 1990, cuando Martina Navratilova superó a Zina Garrison. Davenport ha ganado las tres finales del Grand Slam que ha disputado (sólo le falta el título de Roland Garros). Venus jugó su primera final grande en el Open de EEUU en 1997. Perdió con Hingis.

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