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La policía de Irlanda del Norte se prepara para la 'batalla de Drumcree'

Isabel Ferrer

Adams y Mandelson

Tropas británicas fueron desplegadas ayer para reforzar las medidas de seguridad en el Ulster. Ingenieros del Ejército construyeron un muro de contención en el puente de Drumcree, la zona donde el domingo se celebrará el desfile de la Orden unionista de Orange, con el fin de prevenir incidentes. El hecho de la que policía del Ulster levantara otra barricada frente a la iglesia de Drumcree, desde donde el domingo partirá este desfile orangista, demuestra que todos se preparan para afrontar una verdadera batalla. Ronnie Flanagan, jefe de la policía del Ulster, aseguró anoche a la BBC, que la situación dista de estar controlada. "Disponemos de informaciones preocupantes que indican que alguna gente de mal planea efectuar ataques contra mis hombres, incluyendo el uso de explosivos".

Casi al mismo tiempo que realizaba estas declaraciones, la policía antidisturbios, apoyada por vehículos blindados, logró poner en fuga a un grupo de 60 jóvenes unionistas enmascarados que se habían apoderado de un autobús cerca del centro de Belfast, y con el que trataban de organizar una barricada. Otros manifestantes, enfurecidos por la decisión de impedir el paso del desfile orangista a través del barrio católico de Portadown, la emprendieron contra los vehículos aparcados, destrozando además el mobiliario urbano.

Es la primera vez en 30 años, que este cuerpo de policía del Ulster, en su mayoría compuesto por protestantes, se enfrenta con radicales unionistas en las calles de Irlanda del Norte. Ayer, por cuarto día consecutivo, se repitieron los violentos choques entre agentes y manifestantes.

Gerry Adams, presidente del Sinn Fein, el brazo político del IRA, calificó la situación de muy delicada, y recordó que peligran las vidas de quienes participen en las refriegas.Antes de que la Comisión de Desfiles prohibiera a la Orden de Orange atravesar el barrio católico de Garvaghy Road, Londres había enviado al Ulster 2.000 soldados como refuerzo. La policía norirlandesa cuenta a su vez con 25.000 agentes de servicio. El temor de sus jefes y del propio Gobierno británico es que ambos se vean obligados a actuar.

"La violencia, el acoso y la intimidación no servirán para cambiar la decisión de la Comisión de Desfiles", dijo ayer Peter Madelson, ministro para Irlanda del Norte. Sus palabras fueron refrendadas por el ex senador estadounidense George Mitchell, mediador de los acuerdos de Viernes Santo. "La reconciliación es la única vía de solución en este conflicto", aseguró. Para Harold Grace, jefe del distrito de Portadown de la Orden de Orange, la culpa de los disturbios la tiene la intransigencia de Mandelson y de la Comisión.

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