"Las mafias desaparecerían si la inmigración no fuese algo ilegal"
Rafael Lara Batllería (El Puerto de Santa María, 1950) es, desde el 10 de junio, el nuevo presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA). Este trabajador de Telefónica, que milita en movimientos sociales y sindicales desde antes de que la democracia llegara a España, cree que vivimos en una sociedad apática, incapaz de movilizarse, "que no se interesa por los problemas de los que les rodean y que espera en sus sillones a que alguien venga a solucionarle los propios".Pregunta. ¿Qué reto tiene la defensa de los derechos humanos en Andalucía?
Respuesta. En abstracto, el reto es acabar con los desequilibrios sociales. Es una utopía, pero la utopía es un deseo necesario de cambiar las cosas, es un horizonte de trabajo. En concreto, esa utopía se traduce en acercarnos a los marginados, servirles como portavoces y concienciarles de los recursos que tienen para defenderse.
P. ¿Existe el efecto llamada de la Ley de Extranjería?
R. El verdadero efecto llamada es la pobreza que hay en los países de origen de los inmigrantes en comparación con la opulencia que ven en nuestras televisiones. El aumento de la inmigración no es debido a la Ley de Extranjería. Podemos verlo en las cifras de muertos en nuestras costas. Este año van unos 130. Son más que en 1999, en que murieron 66, pero en 1998, cuando todavía no existía la actual ley, murieron 189. Con el argumento del efecto llamada el Gobierno hace una campaña de intoxicación muy inteligente dirigida a justificar la regresión que supone el nuevo proyecto de ley.
P. ¿Cómo puede esa campaña justificar el cambio legislativo?
R. Los datos alarmistas provocan en la población un sentimiento muy fuerte de rechazo e inseguridad que justifica un cambio legislativo. El efecto secundario de esa campaña, que el Gobierno ignora, es que termina generando y promoviendo el racismo.
P. ¿Cómo se pueden combatir las mafias que trafican con personas?
R. Hay que apoyar la actuación policial en casos concretos porque casos como el de Almería o el de Mijas son sangrantes. Pero más sangrante es que pongan a los inmigrantes al otro lado de la frontera en cuanto los localizan. Las mafias nacen porque la inmigración es condenada a la clandestinidad. Desaparecerían si la inmigración no fuese algo ilegal, como es ahora. La modificación de la ley, que hará aún más clandestinos a los inmigrantes sin papeles, sólo conseguirá potenciar ese tipo de crímenes.
P. ¿Qué opina sobre la penalización de quienes, como es el caso de Francisca Gil, ayudan a los inmigrantes?
R. Es lamentable. Condenar a una multa de 250.000 pesetas a una mujer como Francisca, con el corazón grandísimo que tiene, es indigno. Es como si nos condenaran por dar limosna.
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