Congreso extraordinario

Los socialistas andaluces pueden hacer que su fuerza y número condicionen el resultado del congreso del PSOE. Ya dicen que intentan negociar un acuerdo entre los dos candidatos que conseguiría una buena síntesis entre capacidad de autoridad dentro de la organización y modernidad hacia el exterior. Bono y Rodríguez Zapatero serían los hombres. Lo malo de ese acuerdo sería que le quitaría al congreso la excitante calidad de congreso abierto que ahora tiene. Parece que los dos candidatos, al menos de momento, no están por el pacto, de la misma manera que parece que el PSOE andaluz lo quiere. Al quererlo y si trabaja para conseguirlo, corre el riesgo de salir demasiado implicado en el intento de cerrar un congreso que, en principio, tiene de estimulante precisamente su calidad de congreso abierto. Manuel Chaves, como presidente de la Comisión Gestora, parece empeñado en una actitud de equidistancia con respecto a los candidatos, que denota prudencia política en un momento en el que apostar públicamente por uno podría ser suicida, teniendo en cuenta el antecedente de las primarias.El congreso del PSOE, extraordinario en grado sumo, por más que sea ordinario en teoría, sirve al PP para asegurar que su organización y los problemas que han llevado al PSOE a celebrarlo tienen tan ocupado al presidente Chaves que no se puede dedicar a gobernar Andalucía, y no es cierto, como tampoco lo sería si se acusara a Teófila Martínez de lo mismo con Cádiz porque tiene otra enorme cantidad de cargos y ocupaciones. El Gobierno andaluz está a lo suyo, el presidente Chaves no se distrae de su obligación aquí por su responsabilidad y su implicación en el futuro de su partido. Eso es literatura de oposición, pero al margen de ella, el presidente Chaves, como presidente de la Comisión Gestora, sí es cierto que tiene un trabajo añadido, difícil y complicado. Tanto es que su figura política puede perder enteros si quiebra su actitud hasta aquí, o salir reforzada si mantiene la equidistancia y la impecabilidad que ha exhibido hasta ahora para que el congreso de su partido sea todo lo extraordinario que la circunstancia actual del PSOE necesita.

MARÍA ESPERANZA SÁNCHEZ