Nuevo homenaje de TVE a Luis Buñuel con 'La memoria y los sueños'
"Adoro los sueños, aunque sean pesadillas. Esta locura por los sueños es una de mis inclinaciones más profundas". El placer de soñar y la memoria, dos elementos obsesivos en la vida y en la obra de Luis Buñuel (1900-1083), son el núcleo de los especiales que La 2 ofrecerá los días 2 y 9 de julio. Estas producciones, una idea original del director Antonio Drove, narran en 110 minutos las peculidaridades más destacadas de este aragonés universal.
El pasado 22 de febrero se cumplían cien años del nacimiento del director español más genial. O como dijo de él otro genio, Alfred Hitchcock: "El mejor de todos nosotros". TVE conmemora de nuevo la efeméride con los documentales Buñuel: la memoria y los sueños (La 2, 0.15), que toman el nombre de dos capítulos del libro Mi último suspiro, escrito por el propio cineasta aragonés en colaboración con su guionista y amigo Jean-Claude Carrière. Jesús González, productor ejecutivo de la cadena pública, calificó ayer estos trabajos de "muy especiales" e inspirados en una idea "muy personal" de Antonio Drove. También señaló que no se trata de "una biografía ortodoxa de Luis Buñuel".
Drove, director de películas como La caza de brujas, La verdad sobre el caso Savolta o El túnel o series de televisión como Curro Jiménez, muestra una total devoción por Buñuel. "A los 20 años vi la versión sonora de Un perro andaluz. En ese momento comenzó mi obsesión por él y decidí dedicarme al cine. Mis primeras películas están llenas de influencias suyas", explicó ayer en una rueda de prensa.
La memoria y los sueños, al son hipnótico del redoble de tambores de Calanda (Teruel), patria chica de Buñuel, aporta datos inéditos o poco conocidos sobre la obra del autor de Viridiana, Tristana, Simón del desierto o La vía láctea. "Se ha discutido mucho, por ejemplo, de si la imagen del ojo cortado de Un perro andaluz fue una aportación de Dalí o de Lorca. Realmente fue un sueño del propio Buñuel", aseguró Antonio Drove.
Los documentales repasan secuencias clave de su filmografia y episodios de su vida privada que ayudarán a conocer sus personalísimas pulsiones creativas. Así, Jeanne Rucar, su viuda, cuenta anécdotas de su marido, como la fobia que sentía por las arañas, y el escritor Max Aub abunda en la pasión de Buñuel por disfrazarse de obispo, monja o guardia civil y asegura ante las cámaras que Jeanne es una "mujer maravillosa", pero Buñuel la tenía "esclavizada". El trabajo de Drove se completa con los testimonios de algunos de sus actores fetiche, como Silvia Pinal o Paco Rabal.
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