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Reportaje:AULAS

La reforma del Curso de Aptitud Pedagógica seguirá paralizada hasta el curso 2002

Los universitarios de Sevilla piden que el cambio, si se produce, no limite las plazas de acceso

Carmen Morán Breña

Este curso se han matriculado en Sevilla 2.067 alumnos para hacer el Curso de Aptitud Pedagógica (CAP), una cifra que ha ido aumentando en los últimos años y que está desbordando a los responsables de este curso hasta el punto de que no encuentran espacios para impartir las clases cada tarde. El CAP lo necesitan aquellos titulados que opten por dedicarse a la vida docente una vez aprobadas las oposiciones. El CAP actual, con algunas modificaciones, es todavía el que se diseñó en 1972 y, aunque está pendiente de reforma por parte del Ministerio de Educación, ésta sigue paralizada.

Las nuevas asignaturas que se imparten con la LOGSE, sobre todo en la nueva Formación Profesional, han causado una gran demanda de licenciados que quieren hacer el CAP atraídos por la docencia, aunque las expectativas de los titulados no siempre se corresponden con la realidad. Es el caso de la Formación y Orientación Laboral, que ahora tiene una demanda altísima, o de los licenciados en Periodismo, que creen que habrá unas oposiciones ajustadas a sus estudios y no es cierto, aunque las nuevas asignaturas a impartir en clase, sí estén relacionadas con la carrera.Cada año, los alumnos protagonizan algunas revueltas para que el CAP se reforme de acuerdo con sus propuestas. Este año le ha tocado a Sevilla. Los alumnos de Geografía e Historia, los que más se matriculan para hacer este curso que les abrirá las puertas de la docencia, se han concentrado en los últimos meses varias veces frente a la sede del Gobierno andaluz. Temen una reforma que alargue la duración del curso, incremente el precio del mismo y limite las plazas de acceso. Pero lo cierto es que esa reforma, que nunca se ha producido, sigue paralizada en el Ministerio de Educación, que es quien tiene que dar el primer paso y establecer unas directrices comunes que luego, cada comunidad, adaptará a su territorio.

Como el Ministerio no camina, las consejerías sestean. Pero, sin que se sepa muy bien el porqué, este año ha habido rumores de cambios, justo cuando desde el Ministerio se ha prorrogado la reforma hasta el curso 2001/02.

El caso de Canarias

Luis Martín es el coordinador del CAP en Sevilla y cree que la reforma de este curso está paralizada porque no se ha diseñado todavía un proyecto que pueda funcionar correctamente. Un mes antes de que el PSOE perdiera la elecciones generales, se había elaborado un borrador que no se implantó y que no iba acompañado de una ley de financiación. Aquel proyecto de 1995 sólo se aplicó en Canarias de forma experimental, tiene una duración de ocho meses, límite de plazas y la matrícula cuesta 80.000 pesetas. "Hay canarios haciendo el CAP por toda la península, porque allí han limitado las plazas, pero lo cierto es que en otras universidades también las están limitando porque la demanda les desborda", explica Martín. Aquel CAP se diseñó tal y como estaba previsto en la LOGSE, a juicio de Martínez, nadie lo ha querido poner en marcha porque es "utópico". Se le ofreció también a Extremadura y a la Universidad de Alcalá de Henares, pero ambas lo rechazaron.

Ya con la ministra popular Esperanza Aguirre, se planeó un nuevo diseño en 1998, que también se quedó en agua de borrajas. En aquel proyecto se preveía incluir este curso dentro de la titulación que cursara cada estudiante, como créditos de libre configuración, para que no se perdiera el tiempo una vez acabada la carrera. Esto se está aplicando en algunas universidades, como la de Huelva, en la que parte de estos créditos, desarrollados en la facultad por aquellos alumnos que quieren dedicarse a la docencia, son convalidados luego cuando uno se matricula en el CAP; pero hay que matricularse y pagar por ello, luego la solución se queda a medias.

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Ésta es una de las propuestas de los alumnos y una de las pocas medidas que pueden poner en marcha los rectores por su cuenta. En Sevilla, hay titulaciones, como Bellas Artes, que incluyen asignaturas que luego se convalidan de esta forma. En el curso 1995/96 el Instituto de Ciencias de la Educación, organismo del que depende el CAP, creó un crédito de libre configuración, Introducción a la Enseñanza Secundaria, que luego se convalidaría por 36 horas del curso. Los alumnos que se presentaron no superaron los 10, "quizá por falta de información", dice Martín.

Pero el coordinador de CAP en Sevilla está convencido de que la reforma debe ir por ahí; hacer un curso de libre configuración durante la carrera para aquellos que tengan claro que lo suyo será la docencia y otro paralelo para los que lo decidan después.

El CAP en Sevilla son tres meses lectivos, aunque con las vacaciones de Navidad, se convierten en cuatro. La mitad son clases prácticas y la otra mitad, teóricas. Cuesta alrededor de 30.000 pesetas y no hay becas, algo que los alumnos también reivindican para aquellos que tengan peores condiciones económicas.

En Andalucía las últimas modificaciones del CAP se hicieron en 1985, y desde entonces no se ha oído nada más. Todos están a la espera del decreto de mínimos que debe aprobar el Ministerio. Pero en Madrid, lo único que ha salido a la luz, el 3 de marzo de este año, ha sido una prórroga del actual CAP hasta el curso 2001/02. "Es quizá esa provisionalidad la que está inquietando a los alumnos porque ahora no se entienden esas manifestaciones", dice Martínez. En la última reunión que mantuvieron los coordinadores de CAP de toda España se instó al Ministerio a avanzar en la reforma, pero la ministra, Pilar del Castillo, no ha hablado nada de este asunto cuando presentó las prioridades de su mandato.

El caso es que los alumnos dicen que no se creen del todo eso de que la reforma está paralizada y temen que cuando arranque vaya en su contra, bien por los precios, bien por la duración. En una octavilla que repartirán hoy a la entrada de la Facultad de Económicas, donde se celebran las elecciones a rector, exigen que la duración del curso sea de un año, que no haya límites de acceso, que las tasas se mantengan en su precio actual y la posibilidad de realizar la parte teórica del CAP durante la carrera mediante créditos de libre configuración.

Esta última medida es la única que pueden tomar los rectores y de hecho, se les ha propuesto desde el Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla durante la campaña electoral. Ambos candidatos, el actual rector, Miguel Florencio, y Rafael Infante, aceptaron apoyar esos cambios que proponían los alumnos. Pero quizá es por este periodo de elecciones por lo que ha saltado a la calle el asunto del CAP, según cree Martín, que no ve el peligro inminente de una reforma lesiva para los alumnos.

Becas

Sin embargo, los alumnos ven el fantasma de la reforma que asoma en el horizonte, una reforma en la que, según dicen, habrá números clausus, o sea, límite de plazas, en la que el curso costaría 100.000 pesetas sin posibilidad de beca -ahora tampoco las hay- y con una duración de dos años. "Es cierto que la ley dice que el curso no debe ser inferior a dos años, pero la experiencia siempre ha demostrado que tiende a decrecer. Yo hice el CAP en el 75, con prisas, porque me decían que aumentaría la duración: entonces eran 300 horas y ahora son 180", asegura Martín.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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