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5.000 personas exigen una pena ejemplar para las autoras del crimen de San Fernando

Unas 5.000 habitantes de San Fernando (Cádiz) se unieron ayer al dolor y a la petición de justicia de los padres de Klara G. C., la joven de 16 años asesinada a navajazos hace un mes, supuestamente, por dos compañeras de su instituto. El padre de la víctima, José Antonio García, exigió a políticos y a jueces, en la lectura de un comunicado, un cambio legislativo que permita que las presuntas asesinas de su hija, menores de edad, sean juzgadas de acuerdo con la legislación penal común, que prevé penas más severas que la ley de Penal del Menor.

Según denunció García, la nueva ley del Menor, que entrará en vigor en enero de 2001, "tiende a proteger y reinsertar a aquellos menores que delinquen, pero no contempla los derechos de otros menores que, como Klara, es víctima de un cruel asesinato, ejecutado de manera vil y despiadada, no propio de jóvenes inmaduros, sino de personas adultas". A su juicio, el nuevo texto debería contemplar que los jueces de Menores tengan capacidad de discernir, con asistencia de un equipo técnico, si las jóvenes detenidas actuaron "con suficiente juicio y madurez" para ser juzgadas por la legislación común. Los manifestantes portaron algunas pancartas que recogían estas demandas.Los padres de la adolescente asesinada, José Antonio García y María Casado, pidieron también a la sociedad que reflexione sobre la educación y los valores que está recibiendo la juventud para evitar que se sucedan este tipo de actos. "El cariño que Klara derramó (...) nos da fuerza para seguir adelante en el convencimiento de que la sociedad debe reflexionar, con rigor y seriedad" para poner remedio a estos actos. La marcha silenciosa convocada por los padres partió de la Iglesia San José Artesano tras la celebración de una misa en memoria de la víctima. Recorrió las principales calles del municipio, paró algunos minutos frente a las puertas del Ayuntamiento de la localidad para dar lectura al comunicado, y concluyó en el descampado de El Barrero, lugar donde se perpetró el brutal crimen y donde quedaron depositados varios ramos de flores. El silencio sólo fue roto por los aplausos a los padres de Klara y los gritos de rechazo a las dos adolescentes detenidas.

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