_
_
_
_

Maragall intenta probar que no es prisionero del 'aparato' del PSC

Enric Company

Pasqual Maragall dedicó ayer sus esfuerzos a tratar de demostrar que, pese a no ser el dirigente más votado en el congreso que le nombró presidente del Partit dels Socialistes Catalans (PSC), no está en manos del aparato, controlado precisamente por José Montilla y Miquel Iceta, que tuvieron más apoyo que él. En su opinión, "no ha habido voluntad de dañar y castigar" a ningún dirigente o familia del partido, sino de "unir y convencer para ganar".

El daño ya está hecho y ahora es muy difícil disimularlo. Pasqual Maragall y Narcís Serra, primer secretario saliente, organizaron un congreso para encumbrar al primero en la cúpula del PSC como paso previo hacia la presidencia de la Generalitat. A la hora de la verdad, sin embargo, el aparato del partido quiso mostrar su poderío y dejar claro que aceptaba a Maragall, pero mantenía el control de la dirección. Y las votaciones lo dejaron claro. Primero, José Montilla, el nuevo primer secretario, con más votos que nadie; segundo, Miquel Iceta, el cerebro del grupo de dirigentes territoriales que controlan la formación, convertido en su portavoz; tercero, su líder político, José Borrell, en horas bajas, y luego, cuarto, Maragall. Para quitar hierro a este desaire, Montilla aseguró ayer que "no hubo voto de advertencia" , sino voto libre y secreto de los delegados, e hizo suyas las palabras que el domingo pronunció Maragall acerca de la compenetración entre ambos. Tendrán "una decepción", dijo, quienes piensan que habrá "una pelea para la delimitación de funciones".

El disgusto por la situación creada se extiende a los dirigentes de las minorías, obiolistas y maragallistas, que, pese a haber renunciado a dar la batalla, precisamente en aras de la paz interna, fueron también claramente castigados en las votaciones.

Los adversarios de los socialistas se lanzaron a hurgar en la herida. El primero, Jordi Pujol. El líder de CiU y presidente de la Generalitat ha querido tener este fin de semana una fuerte presencia en los medios de comunicación, con entrevistas en la prensa y la radio, para dar su contrapunto al congreso. Ayer lo calificó como "un triunfo del socialismo puro y duro y del aparato del partido", en contradicción con la orientación dada por Maragall a su campaña en las elecciones autonómicas, en la que, recordó, "buscaba difuminar el socialismo y abrirse a la sociedad".

En parecida orientación se pronunció Josep Lluís Carod, secretario general de Esquerra REpublicana (ERC). Éste apuntó que la rotunda victoria de su aparato encasilla al PSC y a Maragall en el estricto ámbito electoral socialista, por lo que limita sus posibilidades de crecimiento. "El aparato tiene ahora un control casi absoluto", dijo, "y, aunque sea el presidente, a Maragall le resultará muy difícil volver a ofrecer la imagen de que está por encima de la formación".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_