Los turcos siembran el caos en Bruselas

Grupos de aficionados turcos sembraron anoche el caos en las calles de Bruselas con la excusa de celebrar la victoria de su selección ante la de Bélgica. De nada sirvió que la mayor parte de las terrazas y cafés del centro de la ciudad hubieran cerrado sus puertas, que muchas calles estuvieran cortadas por las fuerzas de seguridad -alrededor de 2.500 agentes entre policías locales, otros desplazados para la ocasión y guardias de seguridad privados- y otras completamente a oscuras para evitar incidentes. La bronca comenzó sobre las once de la noche, cuando alrededor de 1.500 personas, entre turcos y belgas, se reunieron en la céntrica plaza de la Bolsa al término del encuentro en el antiguo estadio Heysel, rebautizado como estadio Rey Balduino en un intento de hacer olvidar la tragedia que acabó con la vida de 39 personas en la final de la Copa de Europa de 1985. Un grupo de turcos, la mayoría jóvenes de alrededor de 20 años comenzaron a insultar a los belgas, hasta que de los insultos llegaron a las manos. Tras las primeras agresiones hubo una rápida intervención de los agentes de paisano que provocó que los turcos abandonaran la plaza en estampida.Pero los aficionados turcos, lejos de dispersarse, se concentraron en otro punto. Como no lograron volver a la plaza de la Bolsa, se metieron por las calles adyacentes hasta llegar a la calle Gretry, una avenida en la que están situados numerosos restaurantes típicos y que era de las pocas en las que las terrazas permanecían abiertas. Los turcos irrumpieron en la calle y comenzaron a arrojar las sillas, las mesas y las sombrillas contra los escaparates de la calle, entre gritos de "¡Turkiye, Turkiye!" poniendo en fuga a los clientes. Durante mucho tiempo, y sin que apareciera ningún policía, los hinchas turcos arrasaron la calle Gretry destrozando decenas de escaparates.

Casi al final de la calle, un grupo de los más violentos descubrieron a media docena de aficionados ingleses que se habían refugiado en el interior del bar Au-Pot-Carre. El encuentro con representantes de una hinchada que consideran enemiga desde los graves incidentes en los que murieron dos aficionados del Leeds en la semifinal de la Copa de la UEFA en Estambul enardeció a los turcos. El Au Pot Carré fue asaltado y destrozado por los vándalos, que arrasaron también un local vecino, Le Turfiste.

Con los turcos como dueños absolutos de la calle, y cuando pasaban ya de las 0.20, hizo su aparición el primer contingente de policías, apenas una quincena vestidos de paisano, que intentaron dispersar a los vándalos. Fueron recibidos con una lluvia de objetos contundentes, entre ellos adoquines arrancados de la misma calle. A los 15 minutos se les unieron las unidades antidisturbios, los llamados Robocops, que practicaron las primeras detenciones. Algunos aficionados ingleses se vieron obligados a pedirles protección. Las fuerzas de seguridad se negaron anoche a dar datos de las detenciones y se limitaron a remitir al parte que harán público hoy a las diez de la mañana.