La policía detiene en Charleroi a cerca de 200 hinchas ingleses y alemanes
Los aficionados violentos de ambos equipos se enzarzan en peleas callejeras antes del partido
Los hooligans ingleses y alemanes se pusieron manos a la obra 24 horas antes de empezar el encuentro. La policía de Charleroi detuvo a cerca de dos centenares de seguidores de los dos equipos, en su mayoría ingleses, por provocar incidentes en el centro de la ciudad. El estadio y la plaza de Carlos II estuvieron custodiados durante toda la mañana de ayer por más de un millar de agentes, que se fueron reforzando hasta superar los 3.000 policías locales y gendarmes. Tres helicópteros les apoyaban desde el aire. En la noche del viernes, un hincha inglés fue herido por arma blanca. A su agresor lo siguen buscando. También un policía y algunos periodistas sufrieron heridas. La gendarmería cargó contra los hooligans para dispersar y se realizaron las primeras detenciones del campeonato en Charleroi, entre ellas la del que hirió al gendarme. Durante el encuentro, los enfrentamientos se trasladaron a la estación de Charleroi, donde se enzarzaron seguidores turcos e ingleses. Hubo un herido.Antes del partido, en el trayecto desde el centro de la ciudad hasta el campo de fútbol, las persianas de las casas estaban bajadas, tal era el temor de los belgas a los hooligans. El ambiente ya empezaba a caldearse la tarde-noche del viernes. Los seguidores ingleses eran mucho más numerosos que los alemanes. Durante la jornada, compartieron el lenguaje común de la cerveza, de las cabezas rapadas, tatuajes con símbolos nacionalistas y cicatrices. "Pero nosotros bebemos mucho más que ellos, sin lugar a dudas", decía orgulloso un seguidor inglés.
Unos y otros fingían ser amigos. Los ingleses más radicales afirmaban que sus problemas estaban con los turcos, no con los alemanes. Pero quedó demostrado durante la noche del viernes y la jornada de ayer que esa afirmación en parte no era cierta. Los hooligans ingleses, todavía desperdigados por Bélgica, aprovecharon para empezar la fiesta a su manera nada más terminar el encuentro entre Francia y la República Checa. Primero la tomaron con los franceses, que festejaban la victoria de su equipo en el centro de Charleroi. Las fuerzas del orden tuvieron que intervenir para evitar problemas mayores. El incidente fue menor.
Pero conforme se acercaba la noche, la tensión fue creciendo, siempre aderezada por el alcohol. Los ingleses se acercaron a los alemanes y empezó el enfrentamiento, con lanzamiento de sillas y de todo tipo de objetos.
Seis horas antes del partido entre Inglaterra y Alemania, los seguidores de los dos equipos se enfrentaron de nuevo en la plaza Carlos II. La policía tuvo que intervenir con los camiones antidisturbios, lanzando agua a presión para disgregar a los hooligans. La plaza quedó divivida en dos por una hilera de 40 gendarmes protegidos con cascos, escudos, porras y protecciones por todo el cuerpo. Se convirtió en una ratonera custodiada en todos sus accesos por siete pelotones, casi 300 policías de uniforme más los de paisano. Antes del pitido inicial del bautizado como "encuentro del pánico", la policía detuvo en Charleroi a 98 hooligans, en su mayoría ingleses, de los que 78 permanecían detenidos al cierre de esta edición y 20 fueron expulsados de inmediato hacia sus países de origen. Éstos se sumaban a los más de 300 de los incidentes del viernes en Bruselas.
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