Máxima tensión yugoslava
La selección de Boskov se enfrenta con grandes conflictos internos aNoruega, feliz con el juego defensivo que le permitió ganar a España
Los noruegos no piden mucho a sus futbolistas. Después de su victoria sobre España, cientos de aficionados regresaban felices en el tren nocturno a Amsterdam. Ninguno se cuestionaba la estrategia absolutamente defensiva de su equipo, ni la ausencia de algún rasgo brillante en el juego. En un momento, un hincha se atrevió a hablar de Mykland, el pequeño centrocampista cuyas habilidades no se corresponden con el resto de los jugadores noruegos. Nadie prestó atención a los argumentos favorables a Mykland. Qué les importaba a ellos, tan satisfechos con sus Flo, Carew y demás gigantes. Nada cambiará, por tanto, en el encuentro que hoy les enfrenta a Yugoslavia, donde las disputas son considerables. En esto, el fútbol respeta las tradiciones. Los noruegos no se quejan por nada y los yugoslavos siempren andan con conflictos internos.Del resultado del encuentro dependerá el estado de la tormenta entre los yugoslavos, que se salvaron por los pelos de la derrota ante los eslovenos, en un duelo de alto contenido nacionalista. Yugoslavia no se puede permitir una derrota. En su entorno se advierte la tensión por la situación del equipo, que nunca ha sido un modelo de fiabilidad. No les faltan buenos jugadores, pero las relaciones con el entrenador están bastante deterioradas. Vujadin Boskov, uno de los patriarcas del fútbol balcánico, ha perdido el favor de varios jugadores. Como suele ocurrir con Yugoslavia, la Eurocopa y los Mundiales actúan a modo de escaparate para sus jugadores, todos enredados en conversaciones para traspasos a las principales Ligas del continente. Quien más se quejó fue Milosevic, cuyo futuro en el Zaragoza está en duda. Milosevic, que no salió como titular frente a Eslovenia, se ha puesto en el mercado y quiere potenciar su nombre en la Eurocopa. En el banquillo se devalúa. Boskov tiene que manejar como puede el clima de insatisfacción en el equipo, a la espera de que una victoria frente a Noruega rebaje el calor.
Se anuncian cambios. Drulovic y Milosevic, responsables en gran medida de la reaccción frente a los eslovenos, tienen la titularidad asegurada. Mijatovic tendrá que asumir el protagonismo que le faltó en el primer partido, donde apenas tuvo presencia. Jugovic también acusa el paso de los años y su falta de continuidad por causa de las lesiones musculares que ha sufrido durante los dos últimos años. La defensa tiene un arreglo más difícil. Después del caos que se vio ante los eslovenos, las críticas han sido feroces. Mijailovic, expulsado en dicho partido, llegó a decir que al equipo le vino muy bien la expulsión, "de lo contrario probablemente hubiéramos perdido". Las miradas se dirigen a Boskov, al que parece que se le ha pasado el arroz. Puede ser una venerable figura, pero ya no es el hombre enérgico que pasó más de 20 años dirigiendo a equipos en Italia y España.
Mientras tanto, no hay noticias de Noruega. Nunca dan un problema. Ni en la victoria ni en la derrota. Ayer se atisbó una ligera queja de Solskjaer, el delantero que dio la victoria al Manchester United en la final de la Copa de Europa del pasado año. Solskjaer no se sintió a gusto frente a España. No tiene sitio porque Noruega prefiere darle cancha a dos gigantes en la delantera, Flo e Iversen.
Y en caso de duda, más centímetros: John Carew. La única baja es el central Berg, afectado por una lesión muscular. Todo lo demás seguirá el mismo plan que ante España: defensa, defensa y los lanzamientos largos a los delanteros. Pueden aburrir, pero a sus aficionados no les importa.
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