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Portugal baja el pistón

Un gol de Costinha en el último minuto clasifica al equipo de Coelho para cuartos de final

Santiago Segurola

EUROCOPA 2000Los partidos de ayer

RUMANIA-PORTUGAL 0-1

Portugal se sobró tanto después de la victoria sobre Inglaterra que jugó un peñazo de partido. Lo mismo que Rumania. A ultimísima hora, Figo lanzó una falta y Costinha se levantó para cabecear el gol de la victoria, importante porque clasifica a los portugueses para los cuartos de final y porque sirvió para recordar el sentido que tienen las porterías en el fútbol. Están ahí para que se remate y se marquen goles. Y para que se ganen partidos. Los dos equipos se olvidaron de esta cuestión básica y dedicaron todos sus esfuerzos a transitar por el medio campo.

Tras derrotar a Inglaterra, los portugueses no encontraron los mismos incentivos para imponerse a los rumanos. No se metieron en el encuentro con decisión, y sus mejores futbolistas rebajaron considerablemente sus prestaciones. Ni Figo ni Rui Costa tuvieron demasiado impacto. Se les notó distraídos, o fatigados. El equipo se resintió de la discreta actuación de sus dos estrellas. Empezaron a observarse graves dificultades de continuidad en el juego. El balón apenas duraba en las filas portuguesas. Tres pases seguidos y pelota interceptada. Así durante 90 minutos.

Rumania pecó de los mismos defectos. La dependencia del equipo con Hagi sigue siendo extrema. A Hagi se le notaron demasiado los años. Tiene un pie perfecto, pero la edad no perdona. Puede decir, y con razón, que otros son mucho más jóvenes y, por sus carencias, parece que han cumplido. Pero ya es hora de que Rumania busque alternativas a Hagi. Tanto Munteanu como Galca parecen demasiado pendientes de su veterano capitán, sin decisión para atreverse a reclamar los galones. En la delantera, Ilie continúa en la selección con el estado de desidia que le ha caracterizado durante toda la temporada.

Al partido le sobraron imprecisiones y le faltaron oportunidades de gol. Y no es porque Vítor Baía no estuviera dispuesto a concederlas. El portero portugués debió sufrir un calambrazo durante su etapa en el Barcelona y no se ha recuperado. En los primeros minutos protagonizó tres acciones a cual más cómica. Estaba atacado por los nervios, de lo cual no se apercibieron los rumanos, incapaces de asomarse por el área. Estuvieron toda la tarde pendientes de algún remate largo de Hagi. Se vieron media docena, pero sólo el último comprometió a Baía, que por una vez despejó con agilidad.

Los delanteros portugueses se olvidaron de la agresividad que mostraron ante Inglaterra y se borraron. Fueron sustituidos por Sa Pinto y Conceiçao, que le dieron algo más de pujanza al ataque. Sin embargo, el empate se daba por supuesto. No había forma de encontrar las porterías. El único que se salió del guión fue Costinha. Salió a última hora y marcó en el último minuto. Era el gol que clasificaba a Portugal para la siguiente ronda.

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