Serra pide una "renovación integradora" en su despedida como dirigente
El 9ºCongreso del PSC despidió ayer a Narcís Serra como primer secretario otorgándole el equivalente a un sobresaliente: el 96,8% de los delegados aprobaron su informe de gestión. Los delegados premiaron sobre todo la pacificación interna lograda por Serra y olvidaron la frustración de la derrota en las autonómicas y el severo descenso en las legislativas. Serra hizo un llamamiento a una "renovación serena e integradora" y advirtió contra el poder del aparato.
A Serra le faltó poco para la matrícula de honor. Superó el examen sobre su gestión y la de la comisión ejecutiva saliente con una aplastante votación: 663 votos a favor (96,8%), 5 en contra (0,85%) y 17 abstenciones (2,48%).Haber quedado a las puertas del la Generalitat pero con un Pasqual Maragall decidido a dar la batalla de nuevo con verosímiles posibilidades de éxito ha puesto de buen humor al colectivo socialista. A ello ha contribuido mucho la práctica del compromiso interno impulsada y practicada por Serra y por el secretario de organización saliente, José Montilla. Es lo que ha permitido a los obiolistas y a las minorías más o menos izquerdistas del partido mantenerse relativamente cómodos.
Eso fue lo que expresaron por los pasillos del congreso del PSC muchos dirigentes del partido de diversa sensibilidad política y lo que dijo abiertamente, por ejemplo, una delegada obiolista, Dolors Torrent, en el debate sobre la gestión de la comisión ejecutiva saliente. "El partido ha cerrado las heridas", dijo refiriéndose a la ruptura registrada hace seis años en el congreso de Sitges y no curadas en el posterior congreso de L'Hospitalet.
También contribuyó a la configuración de este ánimo positivo la conciencia de que los socialistas necesitan tranquilidad y serenidad para salir del agujero en que les metió la segunda derrota consecutiva ante el PP liderado por Aznar. Serra lo expresó directamente: "Estamos preocupados por la situación del PSOE y queremos ayudar a resolverla", afirmó. La forma de hacerlo, añadió, es mantenerse fuertes y unidos, apuntando respuestas a los problemas. Señaló, además, otro motivo para colaborar en la resolución de los problemas del PSOE. Y es que la victoria en las elecciones catalanas será muy difícil "sin el telón de fondo de la recuperación del pulso y la actividad del socialismo en España".
Uno de los asuntos calientes del congreso del PSC es la limitación de mandatos de los cargos públicos y los orgánicos, y las incompatibilidades como respuesta a la acumulación de cargos. Sobre este asunto hizo Serra una exposición descarnada acerca de las dificultades reales con que tropiezan los buenos propósitos de renovación, invocados tan a menudo. El problema radica, explicó, en que en muchas ocasiones "es difícil resolver la situación de los miembros del partido que no tienen alternativas profesionales".
Oficio propio
Por esta razón, Serra insistió en la necesidad de que quienes se dedican a la política "cultiven también un oficio propio". En un mundo en el que se ha terminado el modelo de seguridad en el empleo basado en el ejercicio de un mismo oficio o una carrera durante toda la vida, los políticos no deben ser una excepción. Este es un argumento poderoso, según Serra, para introducir la limitación de mandatos para los cargos públicos. Y más aún, continuó, "para los cargos internos y orgánicos", porque para ellos no rige la alternancia. Es decir, para el aparato. Más claro, el agua.
Por lo demás, Serra presentó un balance positivo de sus cuatro años de gestión. Porque ha sido el partido más votado en todas las elecciones, se ha convertido en alternativa de Gobierno en Cataluña, se ha consolidado como eje de las fuerzas progresistas y porque ha avanzado en la elaboración de propuestas de gobierno. Entre lo negativo, admitió el mal resultado en las generales, en las que él fue cabeza de lista por Barcelona.
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