Telefónica reduce su valor en 687.000 millones de pesetas tras caer un 5,48% en Bolsa

El valor de Telefónica en Bolsa se redujo ayer un 5,48%, 687.000 millones de pesetas. La primera empresa española vale 11,86 billones, 3.619 pesetas por acción, lejos del máximo alcanzado el pasado 6 de marzo, 18 billones. La fuerte caída -en Nueva York fue del 3,75%- se produjo tras las informaciones publicadas por el diario El Mundo sobre compras de opciones de Telefónica con información privilegiada por parte de su presidente, Juan Villalonga, en enero de 1998. La Comisión de Valores investigó esas operaciones y las consideró lícitas, aunque pidió a Villalonga que lo notificara.

En enero de 1998, la CNMV descubrió que Juan Villalonga estaba comprando opciones sobre acciones de la empresa que presidía y decidió abrir una investigación "en profundidad" sobre el asunto. La Comisión no pudo probar con su investigación que Villalonga se sirviera de información privilegiada -un delito tipificado en el código penal- para sacar partido de sus inversiones y consideró que no había nada punible. Villalonga, cuyos asesores legales consideraban que no había necesidad de notificar, decidió no obstante vender las opciones y se lo comunicó por carta al presidente de la CNMV, Juan Fernández-Armesto. El presidente de Telefónica, que había comprado 264.244 opciones de la operadora el 2 de enero de 1998, consiguió un beneficio superior a los 21 millones de pesetas al desprenderse de ellas el 16 de enero. La CNMV investigó otras compras de opciones de Telefónica en esas mismas fechas por parte de otras personas próximas a la compañía -el diario El Mundo citó ayer a Alberto Cortina-, aunque tampoco se llegó a probar ninguna ilegalidad.

El propio presidente de la CNMV, Juan Fernández-Armesto, fue quien instó a Villalonga a comunicar sus actuaciones al mercado en aras a mayor transparencia durante una conversación telefónica a la que, según consta en una carta enviada por el presidente de Telefónica al responsable de la CNMV y difundida ayer por la compañía, también asistió el secretario general de la operadora, José María Mas.

La carta hace referencia a otra conversación entre el presidente de la CNMV y el secretario de Telefónica, en la que el primero señaló que las operaciones sobre acciones debían tener el mismo tratamiento que las operaciones de compra directa de acciones y, en consecuencia, debían comunicarse a la Comisión, aunque no estuviera explícitamente determinado así en la ley. En la actualidad, la CNMV obliga a comunicar actuaciones como las acaecidas en Telefónica en 1998.

En la misiva de Villalonga a Fernández-Armesto, enviada el 16 de enero, afirma que realizó las operaciones "a estrictos precios de mercado" y le explica que decidió no seguir sus recomendaciones sobre transparencia porque optó "por deshacer la operación a fin de evitar interpretaciones desafortunadas que pudieran poner en entredicho mi recto proceder". Villalonga carga las tintas y apostilla que "resulta lamentable que una operación como ésta, que merecería todo tipo de alabanzas por parte de los inversores en el mercado norteamericano, no pueda llevarse a cabo en este país sin exponerte a fuertes críticas y especulaciones para el caso de que obtuvieras algún beneficio".

Información privilegiada

Telefónica también emitió ayer un comunicado en el que afirma que "es rigurosamente falso que en la adquisición de las opciones de Telefónica que se cita en dicha noticia [en referencia al diario El Mundo, en el que la operadora participa a través del grupo británico Pearson] se utilizara información privilegiada de tipo alguno". La nota de Telefónica subraya que Villalonga compró las opciones el 2 de enero de 1998, con las acciones de la operadora cotizando a 4.735 pesetas, dos meses antes de que se firmara la alianza entre la compañía española y la estadounidense MCIWorldCom y niega que pudiera existir información privilegiada.

La alianza hizo que las acciones de Telefónica cotizaran a 5.710 pesetas cuando se anunció el 10 de marzo, aunque los contactos entre Telefónica, MCI y WorldCom se iniciaron en noviembre de 1997, cuando esta última lanzó una oferta de compra por MCI que trastocó los planes que tenían hasta entonces la compañía española y su homóloga BT, antigua propietaria de MCI.

Pese a los desmentidos de la compañía, las acciones de Telefónica cayeron ayer un 5,48% en Bolsa. Desde principios de año, ha perdido un 12,30%. En marzo, su valor llegó a 33 euros por acción, un valor de 18 billones de pesetas. Ahora vale una tercera parte menos, 11,86 billones.

Entre las razones de la fuerte caída se encuentran en el deterioro de las relaciones de Villalonga con el presidente del Gobierno, José María Aznar, la ruptura de las conversaciones de fusión con la holandesa KPN debido a la oposición del Gobierno, el castigo infringido por los inversores tras conocerse el elevado precio (2,29 billones de pesetas) que pagará la filial Terra por Lycos, la incertidumbre de los analistas sobre la marcha del sector en Europa y los anuncios de una tarifa plana y la apertura del mercado local a la competencia que ha hecho el Gobierno.

También se han enfriado las relaciones con las entidades del núcleo duro de accionistas (BBVA y La Caixa), que votaron en contra de la fusión con KPN, que ahora cobra visos de resucitar. Ayer ni BBVA ni La Caixa quisieron hacer comentarios a la noticia. En cualquier caso, todas estas circunstancias han vuelto a poner en entredicho el futuro de Villalonga al frente del grupo.Fuentes de éste aseguran que no tiene ninguna intención de dejarlo.