FAPA Valencia lleva ante Zaplana las injerencias de un cargo de consejería

La actitud "partidista" y el trato "vejatorio y discriminatorio" del jefe de Relaciones Institucionales y Participación Social de la Consejería de Educación, Benito Muñoz, está en el ojo del huracán por su supuesta "injerencia" en la crisis del movimiento de padres de alumnos y el "trato de favor" hacia el cuestionado presidente de Covapa, José Antonio Ranchal. El extenso relato sobre el intervencionismo de Muñoz, en contra incluso de las directrices del propio consejero Manuel Tarancón, ha sido denunciado por la federación provincial de padres en una carta enviada ayer al presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana. "Esta federación no entiende cómo su Gobierno se ve implicado en cuestiones de orden interno, que atañen exclusivamente a los socios de esta federación" y tampoco "entiende qué intereses pueda haber de parte del Gobierno que usted preside en mantener como presidente de Covapa a un individuo que está siendo cuestionado en su gestión por las asociaciones de padres y federaciones y que, además, se encuentra implicado en procedimientos penales ante los Tribunales de Justicia por el uso indebido de recursos económicos recibidos de la Administración", reza parte de la extensa carta de tres folios enviada a presidencia.

La medida busca dar a conocer "de primera mano" las múltiples acciones administrativas impulsadas por Muñoz para bloquear el reconocimiento oficial de la nueva ejecutiva de FAPA-Valencia, electa en asamblea en abril; incurriendo, incluso, en contradicción con los certificados legales expedidos por el Registro de Asociaciones de la consejería, legitimando a los nuevos representantes.

Ayudas "discrecionales"

El gesto se produce 48 horas después de que Muñoz, siempre según la versión de la federación valenciana, negara la validez a la certificación oficial que acreditaba la presencia de un miembro de FAPA-Valencia en la reunión sostenida el miércoles pasado en la consejería para explicar el reparto de subvenciones. Tras la trifulca, la representante de la federación abandonó la reunión y, "de forma extraoficial", se les informó que "la subvención que pudiera corresponder a esta federación ha sido congelada por el señor Muñoz, jefe del Servicio de Relaciones Institucionales".

"Lo relatado", prosigue la misiva, "sirve como botón de muestra de la actitud que mantiene la consejería en sus relaciones con esta federación, lo cual entra en contradicción con lo manifestado por su Gobierno ante los medios de comunicación y el contenido de la 'exposición de motivos' de las normas que su Gobierno promulga para conseguir una mayor participación de los sectores sociales implicados".

Por último, la federación pide la intervención del presidente para que la consejería no ponga en duda la "representatividad" de sus miembros elegidos y evite las actitudes "partidistas", de forma que se reencaucen las relaciones en aras del consenso y el diálogo.