El presidente de la Junta de Bardenas quiere otro convenio con Defensa

Más dinero a cambio de un nuevo contrato de arrendamiento. Ésa es la estrategia que baraja la presidencia de la Junta General de Bardenas para permitir que el Ejército del Aire siga usando el corazón de este parque natural navarro como polígono de tiro de sus aviones y de las fuerzas de la OTAN.El anuncio, realizado el miércoles en el Senado por el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, de que el Estado desea renovar el convenio de uso del polígono, el único existente en España en estos momentos, obligó ayer al presidente de la Junta de Bardenas, el ex diputado de UPN José Antonio Gayarre, a desvelar su intención de negociar un nuevo contrato que reduzca la peligrosidad de los bombardeos e introduzca una sustanciosa mejora económica por el alquiler de sus 2.244 hectáreas.

El vigente convenio finaliza el 9 de junio de 2001. En esa fecha el polígono cumplirá 50 años de actividad y su desmantelamiento ha sido unánimemente solicitado por todas las fuerzas políticas e instituciones de Navarra.

Ayer, José Antonio Gayarre hizo un juego de palabras al señalar que él, como presidente de la Junta de Bardenas, no está dispuesto a aceptar la renovación del contrato, pero sí a negociar "en todo caso" uno nuevo. Gayarre no se había pronunciado hasta ahora argumentando que se trata de una decisión que sólo compete a la Junta que él preside, única responsable de la gestión de unas tierras cuya propiedad siempre ha sido del Estado.

Modificaciones

Entre las modificaciones del futuro convenio, que se da por hecho debido a la cómoda mayoría de UPN en la Junta de Bardenas, Gayarre sugirió que se intentarán prohibir los vuelos rasantes,cuya peligrosidad ha sido señalada muchas veces por los ayuntamientos de la zona. Aunque Defensa no ha comunicado aún oficialmente su intención a la Junta, Gayarre adelantó que ésta no tiene inconveniente en reunirse con el ministerio para conocer su oferta. Y lo que Gayarre sugirió es que Defensa deberá pagar más por el arrendamiento.

De las 20.000 pesetas iniciales de alquiler de 1951 se ha pasado, tras sucesivos acuerdos, a los 63,8 millones anuales del presente ejercicio, cantidades justificadas en la imposibilidad de los agricultores del área de acceder a determinadas ayudas europeas por la existencia del campo de tiro, en el que han muerto 21 personas en 28 accidentes a lo largo de su historia.

Lo cierto es que la peculiar gestión administrativa de este territorio navarro hace que ningún pronunciamiento de su Parlamento o su Gobierno sea vinculantes ante la Junta de Bardenas, un organismo heredado de la historia en el que están representados 19 municipios circundantes, el Monasterio de la Oliva y los valles pirenaicos de Roncal y Salazar que durante siglos han bajado sus ovejas a pastar al desierto bardenero.